Julia Esther Yepjen Ramos, Chocope, 1980. Estudió Educación en la Universidad Nacional de Trujillo, en la que también obtuvo su grado de Maestra en Educación y Lingüística. Ha realizado trabajos de investigación en los que propone estrategias novedosas para incrementar los niveles de comprensión lectora en alumnos de primaria y secundaria. Ha laborado como tutora virtual en el área de Comunicación por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado los relatos infantiles: “Martin y el Planeta Azul” y “Martin y el ermitaño lunar”, así como la novela infantil “El rescate del gato Galindo”. Es coautora del libro de investigación Escritura y publicación de artículos científicos. Forma parte de la antología de cuentos infantiles “Anzumitos” y “Travesuras de mi mascota”. Fue finalista del Primer Premio de Novela Infantil Altazor (2013), Primer Premio en Poesía en los III Juegos Florales Intensidad y Altura (2013), Mención Honrosa en el VII Concurso de Poesía de Mujeres Scriptura (2020), Primer Premio en Poesía en los I Juegos Florales Universitarios Nacionales “César Vallejo” —organizado por la UNT (2021)— y Primer Premio en Cuento en los II Juegos Florales Universitarios Nacionales “Ciro Alegría” UNT. Actualmente, ejerce la docencia en la Universidad César Vallejo en Lima. Además, con creatividad viene publicando literatura infantil-juvenil, como el texto “Kapi, el héroe del bosque” (Infolectura, 2024).
Kapi el capibara
El personaje Kapi es un roedor desde el punto de vista científico. Pertenece al género Hydrochoerus, que actualmente comprende dos especies: el capibara grande (o Hydrochoerus hydrochaeris), el más popular, y el capibara de Panamá (o Hydrochoerus isthmius), que es más pequeño y poco conocido. Este vive en nuestro país en la selva de Loreto, Ucayali, Amazonas, Madre de Dios y Huánuco. Ahí, en el corazón de la verde selva peruana, vivía Kapi, un capibara líder de su manada, muy respetado por su sabiduría y aguda intuición. Aunque con algunas dificultades, la vida en la selva era buena y tranquila para nuestro personaje y los suyos.
Vigencia capibara
Kapi, siendo un capibara, nos conduce a recordar al científico Linneo, cuando en 1766, al descubrirlo, lo llamó “cerdo acuático”. Julia Jepjen lo describe en su estado natural y salvaje. Nos cuenta cómo vive entre la botánica y la zoología de su hábitat selvático, respecto a su vida natural hasta que ocurre el incendio que afectó a su manada y otras especies del hábitat ecológico. Máxime en la hora actual, cuando estamos amenazados por los cambios globales que se están produciendo en el mundo.
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Solidaridad
Kapi, así empieza, la lucha por liderar la salvación de sus hermanos y amigos. Para cumplir con su objetivo conservacionista, tiene que superar dificultades y lo hace con resiliencia, este valor destacable cuando hay que vencer la adversidad. A la vez, asume una actitud resiliente que se plasma en una historia que tiene como fondo la conservación de las especies, con esperanza y fe, por la salvación del planeta. Es puntual tener en cuenta que los capibaras deben estar libres para evitar peligros. No es apropiado considerarlos como mascotas por cuanto asumen riesgos de extinción. Son animales silvestres que necesitan un hábitat natural para su desarrollo. Ellos se untan de barro para proteger su piel de la radiación solar.
Incendio
En efecto, de un día a otro cambió la vida de los capibaras y otras especies. “Una chispa, seguramente provocada por el hombre, se convirtió en un incendio feroz que comenzó a devorar el bosque. Miles de animales y árboles sufrieron en medio del desastre” (reseña). Aparecen en escena “Cozo”, el oso perezoso; “Tohor” capibara algo menor; “Maylin” el moño parlanchín; “Rayo”, el guacamayo que se adhiere al grupo rescatista. Asimismo, “Cervatillo”, el personaje siervo que invoca “Vuelta alto, señor guacamayo. Encuentra a mi mami, por favor, la necesito sana y salva” (p. 34). Es alentadora la sorpresa de la recuperación de la mamá sierva (p. 36). Es un buen personaje Kapi, de manera que su popularidad de capibara se ha hecho masiva desde las redes sociales que ha motivado su representación en peluches y souvenirs de este curioso animal, y esa es una forma de tenerlos cerca sin afectar su supervivencia.
Integración
Esta narrativa infantil invita a la reflexión, cuán importante es la interrogante de Kapi a Rayo: “¿Te has preguntado alguna vez cuál es tu misión en este hermoso planeta?” Y dialogaron “a lo mejor nos falta más compañerismo, solidaridad, unión y, sobre todo, fortaleza, para enfrentar los obstáculos que nos poner el destino” (p.38). Pasan los días, y participa una tortuga. Intercambian ideas sobre el plan de vida que les corresponde a cada uno. Kapi empieza a valorar la presencia de los humanos y la conveniencia compartida. Kapi y Rayo, luego de dormir, fueron apoyados por miembros de una tribu. Solamente queda la intriga de que si Kapi continuará buscando a la abuela y a los dos jóvenes capibaras que se quedaron con ella en la ciudad. “Kapi sonrió, su misión aún no había terminado” (p.47). Por lo expuesto, la literatura infantil y juvenil de La Libertad se fortalece con los textos de Julia Yepjen. Hay que leerla.