En un escenario laboral caracterizado por la constante transformación, la clave para afrontar los desafíos del futuro no está solo en las habilidades técnicas, sino en la mentalidad con la que se enfrentan los cambios. Así lo indicó Patricia Merino, consultora asociada de LHH DBM Perú, quien destacó que “no podemos cambiar la manera en que trabajamos si primero no cambiamos la manera en que pensamos”.
Durante su análisis, Merino explicó que la velocidad del cambio exige actitudes orientadas al aprendizaje continuo, la flexibilidad y la colaboración. En ese marco, detalló cuatro tipos de mentalidades esenciales para afrontar el futuro del trabajo, recogidas también en el libro El Futuro del Trabajo, coescrito con Patricia Cánepa:
- Mentalidad camaleónica: Permite adaptarse con rapidez a contextos complejos y escenarios disruptivos. Es clave para la colaboración y la capacidad de leer el entorno con agilidad.
- Mentalidad tribu: Pone en valor el trabajo colaborativo, donde el éxito se construye desde la diversidad de perspectivas. Las empresas ya no buscan talentos individuales, sino equipos capaces de generar soluciones colectivas.
- Mentalidad del eterno aprendiz: Implica estar en formación constante, más allá de la edad o experiencia. La actualización permanente frente a los avances tecnológicos es hoy una necesidad para mantenerse competitivo.
- Mentalidad exponencial: Es la capacidad de pensar en grande y comprender el potencial de la tecnología para escalar ideas, romper paradigmas tradicionales y explorar nuevas oportunidades de crecimiento.
Además, Merino subrayó la importancia de salir de la zona de confort para generar conexiones valiosas más allá del entorno inmediato. “El profesional que trabaja dentro de una red será más valioso que aquel que opera de manera aislada. La clave está en mirar más allá de nuestro espacio de trabajo y mantenernos atentos a lo que ocurre en otros ecosistemas”, concluyó.