Más de 100 madres integrantes de la olla común ‘Cuarentena’, en el distrito de Cerro Colorado, encontraron una manera ingeniosa de enfrentar la crisis económica y no desperdiciar ningún producto. Ellas transforman el aceite usado de la cocina en un jabón artesanal, para luego venderlos y generar ingresos para sus hogares o para la alimentación comunitaria.
La iniciativa nació de la necesidad. En su cocina comunitaria, las madres utilizaban grandes cantidades de aceite y se preguntaban cómo aprovechar este sin contaminar. Es así que empezaron a experimentar con recetas caseras, combinando aceite reciclado con glicerina y plantas que son cultivadas en su propio biohuerto, como ruda, romero, cúrcuma y eucalipto.
APROVECHAN EL ACEITE UTILIZADO
El resultado fueron jabones naturales que sirven para lavar ropa y el hogar, elaborados completamente a mano. Ellas empezaron a experimentar en junio y luego de tres meses de prueba lograron el producto que ya venden a sus vecinos. Cada unidad cuesta S/5.50, y permite obtener una pequeña ganancia que lo usan para comprar verduras u otros.

“Al comienzo no sabíamos si iba a funcionar, pero poco a poco fuimos aprendiendo solas, probando con distintos aceites y aromas (...) Ahora ya tenemos un jabón que gusta a la gente y lo más bonito es que con lo que ganamos compramos lo que hace falta para cocinar y seguir ayudando en la olla común”, contó una de las socias, Elena Cruz.
Con los ingresos las madres cubren gastos básicos del comedor, como la compra de sal, detergente o productos de limpieza, además de apoyar a diez familias vulnerables y adultos mayores que reciben alimento totalmente gratis. Asimismo, buscan preservar el medio ambiente.
CINCO AÑOS APOYANDO A FAMILIAS VULNERABLES
La olla común “Cuarentena” nació hace casi cinco años, cuando la pandemia por la Covid-19 dejó sin recursos a muchas familias de la asociación José Luis Bustamante y Rivero, donde está ubicado este espacio comunitario. Desde entonces funciona como un lugar de apoyo mutuo y resiliencia, albergando a cerca de 160 mujeres quienes se organizan para cocinar o realizar estos emprendimientos como el jabón.
A lo largo de su trayectoria, enfrentaron dificultades logísticas y económicas, pero se mantuvieron activos gracias a la solidaridad y el esfuerzo conjunto. Hoy reciben alimentos básicos del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), aunque deben costear el transporte para recogerlos, lo que representa un gasto adicional cada dos meses, de cerca de S/100.
“Nos cuesta cubrir los pasajes para traer los alimentos desde la municipalidad provincial, pero no dejamos de trabajar. Además estamos agradecidas que ahora sí nos toman en cuenta y nos ayudan. Aunque es insuficiente, ya es un apoyo para mantener la olla común”, declaró.
Las madres continúan trabajando con entusiasmo. Su emprendimiento de jabón no solo representa un ingreso extra, sino una forma de independencia económica y ayuda mutua entre vecinas, ya que algunas no son socias de la olla común, pero siempre están presentes apoyando para que no cierren.
Ellas solo venden almuerzo y atienden a más de 60 personas a diario, además alimentan a cerca de 10 adultos mayores quienes no tienen las fuerzas para preparar su comida y que viven solos porque sus hijos siempre viajan. “Son casos sociales y no cobramos nada a ellos porque tampoco tienen cómo pagar”, refirió Cruz.
Las mujeres trabajan sin apoyo técnico y aprendiendo de manera autodidacta. Sin embargo, buscan asesoría de universidades o instituciones que les permita mejorar la calidad del jabón y producir a mayor escala. Su meta es ampliar la venta fuera de Arequipa y consolidar un pequeño taller que les asegure ingresos sostenibles.
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