El álbum de las cosas olvidadas, un texto que, para Enrique Planas, tiene mucho sentimiento y un gran mensaje.
¿Cuál ha sido el hilo conductor que has usado para todos los objetos que están en el libro? Bueno, yo creo que el hilo conductor es un poco mi propio sentimiento de obsolescencia. Yo creo que escribir sobre los objetos no es algo nuevo, no lo he inventado yo. Es un género literario de vieja data, es un poco comparable con la pintura de bodegones y esos pintores barrocos no lo hacían porque estuvieran fascinados por el brillo del pescado o las formas de las manzanas, sino porque querían con esos objetos, hablar del memento morí, de su condición de mortal, de la fugacidad de la vida. Entonces escribir sobre los objetos también tiene, ya no necesariamente, hablar de la fugacidad de la vida, sino un poco de ciertas condiciones, ciertas costumbres que se pierden con la pérdida del objeto en sí.
Tú has dicho constantemente que no quieres apelar a la nostalgia. Porque en realidad son una suerte de pequeños ensayos, pequeñas reflexiones sobre esos objetos. Imagínate qué tontería sería hablar con nostalgia diciendo, la grabadora, no hay nada mejor que la grabadora. No, claro. Por supuesto que hay cosas mejores que la grabadora. Entonces no tengo una visión nostálgica porque entiendo que la nostalgia es un falso recuerdo, es un recuerdo conservador en la medida que te lleva a pensar que el pasado fue mejor. Y el pasado no fue mejor, por más que miedo al cambio que tengamos.
Aquí no solamente hay objetos que tú has rescatado, sino que hay literatura ¿Qué buscabas con esto, a veces me pongo a pensar, qué realmente es que algo tenga literatura? Porque el texto es el trabajo con la palabra, O sea, que un texto esté correctamente escrito no lo hace el literario. Yo pienso que lo que hace el literario, un texto, es encontrar el valor simbólico de las cosas. Sugerir a partir de un objeto historias, verdades literarias, verdades poéticas. Porque las verdades poéticas, a diferencia de las verdades fácticas, lo que hacen es sintonizar símbolos que nosotros no teníamos pensado que tenían conexión. Cuando la literatura lo que nos permite es conectar cosas que antes no sospechábamos. Entonces eso es lo que yo he estado tratando de hacer en estos textos.
En el libro hay varios objetos en los cuales hemos conocido de chicos, lo que me llamó la atención fue esta ruptura de por qué incluir las entrevistas a Julio Iglesias ¿Es también un objeto obsoleto? Creo que todo forma parte del mismo juego simbólico, porque no estoy comparando a Julio Iglesias con una máquina de escribir, ni con un reloj despertador, pero sí estoy hablando de un tiempo perdido, estoy hablando de una forma de hablar del amor perdido, de una forma de masculinidad desaparecida, de una persona que se había convertido en la imagen del seductor y hoy es la imagen del meme, la imagen del mes de Julio y lo que nos espera. Entonces son esas pérdidas de sentido y esa ganancia de otros sentidos lo que creo que hace que Julio Iglesias sea una presencia que dialoga con los otros objetos. Al final es un objeto de deseo también Julio Iglesias.
¿Y a tu mamá le gustaba Julio Iglesias? Sí, a mi mamá le encantaba Julio Iglesias. Eso que me dijo “tu mamá sí me quería” fue muy gracioso. Julio Iglesias era de una familia de periodistas, entonces es un tipo que le daba al periodista lo que quería escuchar, pero también podía jugar mucho con él. Y ese tonito condescendiente que puede tener un periodista cuando entrevista a alguien a quien en el fondo no respetas mucho, inmediatamente lo advertía. Entonces yo creo que, con honestidad profesional, trato de mostrar también cómo fue evolucionando la relación que uno puede tener con el ídolo.
PERFIL
Enrique Planas, periodista. Es un destacado periodista y escritor cultural peruano. Es ampliamente conocido por su trabajo como redactor cultural en el diario El Comercio y por su carrera literaria, que incluye varias novelas premiadas.
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