El área de Emergencia del hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo (HNCASE) está prácticamente colapsado, quien llega al servicio en busca de atención debe estar preparado para algo más que una larga espera. Una reciente intervención de la Contraloría ha evidenciado que, además de la infraestructura deficiente, los enfermos son asistidos con equipos médicos inoperativos y condiciones que expone su salud como la del propio personal.
Según se detalla en el informe de visita de control N.º 021-2025-OCI/0663-SVC, el servicio de emergencia del HNCASE cuenta con 34 ventiladores mecánicos, pero solo 6 están en condiciones óptimas. Del total, 9 están inoperativos y otros 10 —aunque aún se usan— ya superaron ampliamente su vida útil, con hasta 32 años de antigüedad. Es decir, tienen una alta probabilidad de fallar en cualquier momento.
Lo mismo ocurre con los monitores de funciones vitales: de 20 dispositivos, uno está en estado óptimo, 19 funcionan en estado regular y de estos 10 ya pasaron también su periodo de vida útil.
PROBLEMA
El hacinamiento es evidente. Los pacientes adultos son atendidos en los pasillos, en espacios que originalmente fueron salas de espera. No hay tomas murales de oxígeno, ni privacidad para el usuario. El tópico de shock trauma, por ejemplo, cuenta con solo 4 camas críticas, a pesar de que en el primer trimestre de 2025 se atendieron allí, en promedio, 20 pacientes al día. La consecuencia: más camillas en pasillos y pacientes estabilizados en sillas de ruedas.
En el área pediátrica la situación es igualmente preocupante. No hay un espacio exclusivo para niños con enfermedades infectocontagiosas, lo que incrementa el riesgo de contagio. Las jefaturas médicas han solicitado, en reiteradas ocasiones, el mantenimiento de equipos y ambientes, pero ninguna de esas gestiones ha sido atendida hasta el momento.
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