Entre los pacientes del hospital Goyeneche hay un malestar generalizado por la situación en la que se encuentran las salas de cirugía. Durante la jornada de ayer, se suspendieron varias cirugías debido a la inoperatividad de varios equipos indispensables para realizar procedimientos quirúrgicos seguros tanto para los pacientes como para el personal médico.
La crisis técnica ha provocado la desesperación y el malestar de los pacientes que desde hace varios días ocupan camas de hospitalizacpEDpión a la espera de ser operados. Ayer, un grupo de mujeres que esperaban ser operadas protestaron por la falta de atención y pidieron la urgente intervención del Gobierno Regional de Arequipa.
TARDÍA
Nieves Mayta, una de las afectadas, relató que lleva más de diez días aguardando su cirugía de vesícula sin recibir respuesta. “El doctor nos ha dicho que no puede arriesgarse a operar porque los equipos están malogrados. Hay pacientes que llevan hasta dos semanas esperando y otras que, cansadas, han pedido su alta”, expresó con indignación.
Según explicó, la mayoría de las pacientes en espera requieren operaciones al mismo órgano, pero solo una de las tres salas de operaciones se encuentra actualmente habilitada. Esta situación ha provocado la reprogramación de numerosos procedimientos y una creciente frustración entre los usuarios del nosocomio.
“Yo tengo exámenes desde setiembre y aún no me operan. No entiendo cuál es la lógica del Gobierno regional de querer hacer otro hospital si no hay buenos equipos en la actualidad para atender a los pacientes, le pedimos que haga algo”, añadió Nieves, reflejando el sentir general de los pacientes que permanecen entre la preocupación y la impotencia.
DEFICIENCIAS
Al respecto, el presidente del cuerpo médico, Percy Manrique, evitó brindar declaración alguna debido a que se le ha abierto un proceso administrativo por manifestar la realidad en la que se encuentra el hospital. No obstante, se pudo conocer que el centro quirúrgico no tiene equipamiento completo hay un electrobisturí de marca Covidien, el cual trabaja únicamente en modo de fulguración, una opción muy limitada que impide realizar intervenciones de mayor complejidad.
“No podemos cortar ni coagular correctamente, y al hacerlo corremos el riesgo de quemar tejidos circundantes”, advirtió un medico, evidenciando la precariedad en la que deben desenvolverse.
De las cinco salas de operaciones con las que cuenta el hospital, todas presentan desperfectos. Algunas mesas quirúrgicas ya no suben ni bajan, las lámparas carecen de tecnología LED y las torres laparoscópicas permanecen inoperativas. Aunque se ha solicitado mantenimiento, los arreglos apenas prolongan el uso de equipos que ya cumplieron su ciclo de vida útil. “A la semana vuelven a fallar. Ya no se trata de reparar, sino de reponer”, sostuvo el especialistas consultado.
Los pedidos de renovación datan de hace más de tres años, pero hasta el momento las promesas de redistribución de equipos desde otros hospitales no se han concretado. Por ello, los médicos deben rotar el mismo electrobisturí entre diferentes áreas, como oncología y cirugía general, adaptándose con ingenio a una situación que consideran insostenible. Si el único electrobisturí funcional deja de trabajar, todas las operaciones quedarían suspendidas.
La dirección del hospital aguarda una respuesta concreta de las autoridades regionales de salud para evitar que esta crisis técnica se transforme en una verdadera emergencia sanitaria, que afecte directamente a quienes más necesitan atención oportuna y segura.
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