El fotógrafo huancaíno Guillermo Joo presenta la exposición “Flor Pucarina, la diva de multitudes”, una muestra fotográfica que rinde homenaje a la legendaria intérprete andina a 38 años de su partida. La exhibición se realiza en la Casona Sotomayor de Huancayo, bajo la organización de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Junín.
-¿Qué se puede encontrar en esta exposición fotográfica sobre Flor Pucarina?
-Bueno, son imágenes que resumen diferentes momentos de su vida y carrera artística. Hay fotos familiares, de sus primeras presentaciones y también de grandes conciertos, aniversarios y homenajes. Algunas fueron tomadas por mí durante mi trabajo como reportero gráfico, y otras son parte de mi archivo. En conjunto, muestran la evolución de Flor Pucarina como artista y como mujer andina, su transformación desde los escenarios humildes hasta las grandes presentaciones nacionales. Cada imagen revela una faceta distinta de su personalidad.
-¿Cómo seleccionó las fotografías que forman parte de la muestra?
-He tratado de hacer una secuencia de su trayectoria artística, desde sus inicios hasta su consagración. Por razones de espacio no se puede abarcar todo, pero se ha buscado reflejar lo más representativo. Mañana (hoy), 5 de octubre, se cumplen 38 años de su partida, y con esta muestra queremos recordar su fortaleza, su voz y su legado. Flor Pucarina es la expresión viva de los pueblos andinos; una mujer guerrera que representó a nuestra patria en el panorama cultural del mundo.
-¿Cree usted que hoy existe algún artista que siga sus pasos?
-En Huancayo y en el Perú tenemos dos grandes íconos de la música andina: Flor Pucarina y Picaflor de los Andes. Son incomparables. Podrán existir imitadores, pero nunca igualarán su voz, su sentimiento ni la autenticidad que ambos transmitían. Fueron artistas únicos.
-¿Y cómo se mantiene vivo ese legado en la actualidad?
-El legado continúa a través de las nuevas generaciones, aunque, claro, los tiempos cambian. Hoy varía el ritmo, las letras y hasta el vestuario. Antes se usaban polleras largas, luego a la rodilla, y ahora mucho más cortas. Es parte del cambio cultural, pero el espíritu andino permanece.
-Usted tuvo la oportunidad de conocer a Flor Pucarina. ¿Cómo la recuerda detrás del escenario?
-Tuve el privilegio de conocerla cuando trabajaba como reportero gráfico del diario Correo. Era una mujer sencilla, pero de una enorme fortaleza. Guerrera, valiente, con un temple admirable. Supo sobreponerse a las dificultades y dejar una huella imborrable en nuestra cultura.
-¿Se podría decir que era una verdadera imagen huanca?
-Claro, en el término amplio de la palabra, era una auténtica huanca.

-¿Hay alguna fotografía que lo haya conmovido especialmente al preparar esta exposición?
-Cada fotografía tiene su espíritu, no solo del artista, sino también del fotógrafo. No podría elegir una sola. En mi libro “Flor Pucarina hasta siempre” hay una imagen que, creo, representa bien su esencia: la mirada firme, la fuerza y la ternura que coexistían en ella.
-¿Qué otros archivos conserva de su trabajo sobre la artista?
-En Huancayo solo dos personas tenemos un archivo completo de Flor Pucarina: la señora Nilda Mucha, del Centro Cultural Flor Pucarina, y yo. Ambos conservamos gran parte de su historia artística, grabaciones y fotografías inéditas.
-¿Hasta cuándo se podrá visitar la exposición y qué proyectos vienen después?
-La muestra estará abierta hasta el lunes 6 de octubre en la Casona Sotomayor (Calle Real 548, segundo nivel). Es un trabajo realizado junto a la Dirección Desconcentrada de Cultura de Junín. Todo este material pasará a formar parte del patrimonio cultural del Ministerio de Cultura y del pueblo peruano. Además, te adelanto que el 2 de diciembre se presentará en Lima un libro fotográfico sobre Flor Pucarina en la Casona de San Marcos.