Agente municipal de San José de Apata, Humberto Carhuavilca
Agente municipal de San José de Apata, Humberto Carhuavilca

La comunidad campesina de San José de Apata, en Jauja, atraviesa una crisis prolongada marcada por el cambio climático y la ausencia de apoyo estatal. “La economía local ha bajado entre 50% y 60% en los últimos diez años porque ya no hay pastos, la producción ya no es como antes y la agricultura es muy baja”, afirmó Humberto Carhuavilca, agente municipal.

El acceso al agua es la necesidad más urgente. Durante los meses más secos, el servicio domiciliario no abastece y los comuneros deben caminar largas distancias para abastecerse. “En verano no llega casi nada de agua; por eso hay que racionar y muchas veces caminar tres horas o más hasta la laguna”, señaló Carhuavilca.

Esta situación afecta directamente a sus cultivos y al ganado, donde incluso se registra la muerte de crías. “Sin agua no hay producción y no hay comida para los animales; todo está seco en julio, agosto y septiembre”, remarcó. A ello se suman deficiencias en salud y educación. Solo cuentan con atención médica por las mañanas y no disponen de medicamentos, mientras que muchos jóvenes dejan de estudiar por falta de recursos. “Somos una comunidad olvidada. Pedimos que las autoridades vengan, vean nuestra realidad y que nos apoyen de verdad”, finalizó la autoridad.

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