El psicólogo comunitario Daniel Ordóñez, del Centro de Salud Mental de Sapallanga y docente universitario, explicó los pasos que deben seguirse para acompañar emocionalmente al menor de ocho años que perdió la mano izquierda por un pirotécnico. El especialista señaló que el primer reto será que el niño pueda comprender y adaptarse a su nueva condición. “Lo primero que tendríamos que hacer es abordar el hecho de la aceptación o la adaptación del niño, ya que para él es algo nuevo”, indicó.

Ordóñez remarcó que la atención no debe centrarse únicamente en el menor, sino también en su entorno inmediato. “Es importante la psicoeducación a los padres, a la familia, a los docentes y a sus compañeros del aula”, sostuvo.

El psicólogo explicó que una madre emocionalmente estable será clave para el proceso de recuperación: “Si ella tampoco acepta lo sucedido, será complicado. No hay que buscar culpables ni escarbar el pasado”. Asimismo, recomendó trabajar con el aula y con otros estudiantes para reforzar el enfoque de inclusión cuando el pequeño regrese a clases.

El especialista advirtió que, sin acompañamiento profesional, podrían aparecer cuadros como ansiedad, estrés o incluso depresión infantil. Por ello sugiere terapias con un enfoque lúdico que faciliten la comunicación y el entendimiento en niños. También explicó que es posible que el menor experimente el “síndrome de miembro fantasma”. “Es común sentir picazón, hormigueos o dolor. Para eso también se llevan terapias, técnicas de relajación y de bloqueo del pensamiento”, explicó.

Ordóñez señaló que una prótesis podría contribuir al proceso de adaptación, aunque no es el único factor determinante. “Eso ayudaría mucho más, pero dependerá bastante de la resiliencia del niño y de su grado de afrontamiento”, afirmó.