Una multitud dio la bienvenida ayer a la patrona del Valle del Mantaro, la virgen de Cocharcas fue sacada en hombros, los fieles la aclamaba al son de una potente banda que interpretó el feliz cumpleaños a su salida, en procesión, en el día central de su fiesta en Sapallanga.

“Mamacha Cocharcas está de fiesta y ella quiere que sus hijos vivan bien, que sean unidos. Este año muchos han vuelto a casa gracias a ella”, dijo el párroco, Enrique Campos Camasca.

Las danzas de las collas

“Mamachallay virgen santa”, le cantaron, las collas, un grupo de danzantes que resaltaban por la belleza de sus trajes. Viviana De La Cruz dijo que son 8 collas, que le danzan a Mamacha Cocharcas, ya que siempre les da muchas bendiciones.

Las cuadrillas de chonguinos, también le cantaron a la virgen, mientras cargaban el anda en sus hombros.

“Cargar el anda de la virgen me llena el corazón, es algo que no lo puedo explicar, le tengo mucha devoción y por eso le bailo”, exclamó Soledad Vásquez.

En el recorrido de la virgen, los fieles elevan altares. Allí se detiene la imagen. La gente hace fila para pedir la bendición de sus rosarios, imágenes y hasta suben a sus niños para que sean protegidos por la milagrosa.

Otros fieles, le obsequian billetes de 10, 20, 50 y 100 soles, que los integrantes de la hermandad colocan en ramilletes en su vestido. Al final termina forrada de miles de soles y hasta dólares.

“El dinero que obsequian los fieles al final lo vamos a contar y lo entregamos al párroco, la remodelación de la iglesia es gracias al aporte de los devotos, la gente sabe y por eso colabora”, expresó, el presidente de la hermandad, José Meza.

Desde muy temprano, ayer cerca de 40 conjuntos de danzantes le bailaron a la virgen, cada comparsa acompañada de su orquesta se colocaba en el frontis de la parroquia y bailaban la negrería, la chonguinada, el apu inca, los niños interpretaban a los calachaquis. Los conjuntos se replegaron a sus respectivos locales, para el compartir y luego volver a danzar el honor a la virgen.

Los visitantes, recorrían la parroquia y colocaban sus velas, también degustaban los platos típicos como el chicharrón dorado, el cuy colorado, la pachamanca, el carnero al palo. Esto reactivó la economía.