vivió ayer una de sus jornadas religiosas más significativas con el ingreso del Señor de la Agonía, “Patrón Jurado y Protector de Pisco”, cuya imagen recorrió las principales calles y avenidas en medio de muestras de fe, emoción y

Fervor religioso

Cientos de fieles participaron en el Año Jubilar del Señor de la Agonía, acompañando la procesión que partió desde la plazuela Belén. Durante el recorrido, las calles fueron adornadas con flores, altares e incienso, mientras las campanas resonaban anunciando el paso del Cristo que, según la tradición pisqueña, bendice y fortalece a su pueblo.

El hermano Luis Izquierdo Valverde, presidente de la Hermandad del Señor de la Agonía, destacó que esta celebración representa “un acto de amor y gratitud, donde cada paso y cada oración reflejan una historia de fe viva”.

El Señor de la Agonía, considerado símbolo de unidad y consuelo para las familias pisqueñas, volvió a congregar a generaciones enteras en un ambiente de profunda espiritualidad. Su paso por las calles no solo marcó un trayecto físico, sino también un camino de reflexión, perdón y esperanza para toda la comunidad.

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