La falta de supervisión estatal sobre los vehículos tubulares que operan en el oasis de Huacachina, en Ica, mantiene en alerta a turistas y autoridades. El Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) reconoció que no tiene competencia para fiscalizar estos vehículos, mientras el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) analiza cambios normativos para formalizar la actividad.
Sin garantías
En las dunas de Huacachina, los también conocidos como areneros, circulan a diario sin autorización, seguros ni revisión técnica. Aunque el reglamento nacional exige medidas de seguridad básicas como cinturones de cuatro puntos, jaulas antivuelco y soldaduras certificadas, gran parte de estas unidades son de fabricación artesanal. Las consecuencias ya se reflejan en accidentes que han dejado heridos y víctimas mortales.
El MTC señaló que su función no incluye la fiscalización directa dentro del Área de Conservación Regional (ACR) Laguna de Huacachina. Frente a la problemática, el Mincetur instaló el pasado 17 de octubre una mesa técnica multisectorial en coordinación con el Gobierno Regional de Ica. Este grupo de trabajo tiene 180 días para elaborar propuestas que promuevan la formalización del servicio y fortalezcan la seguridad de los visitantes.
Entre las iniciativas figura la sugerencia del director regional de Comercio Exterior y Turismo, Gustavo Huerta, quien planteó modificar el reglamento del MTC para autorizar la operación de tubulares artesanales, conocidos como “hechizos”.
Mientras el debate continúa, Huacachina sigue recibiendo cientos de visitantes cada semana atraídos por sus dunas y su paisaje desértico. No obstante, la falta de control y la informalidad en los servicios turísticos mantienen latente una amenaza que podría empañar la reputación de uno de los destinos más emblemáticos del sur peruano.
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