La Asociación Cultural Kusikuy continúa demostrando que la cultura puede ser una poderosa herramienta de transformación social. Bajo la campaña “Dona un libro contra la violencia, por la paz”, la organización ha dado un nuevo paso en su misión de acercar la lectura y el arte a los sectores más vulnerables de Trujillo, implementando una biblioteca comunal en el barrio Las Palmeras, en el distrito de La Esperanza.
La iniciativa, que viene desarrollándose desde hace varios meses, busca crear espacios de aprendizaje, reflexión y convivencia pacífica en comunidades afectadas por la pobreza y la violencia. A través de la solidaridad de ciudadanos y artistas locales, Kusikuy logró reunir decenas de libros infantiles, juveniles y de arte, que hoy forman parte de una biblioteca abierta para niños, niñas y jóvenes del sector.
“Estos libros llegarán a niñas, niños y jóvenes de nuestros talleres y actividades artísticas, fortaleciendo nuestro compromiso con una educación inclusiva, sensible y transformadora”, señaló la directora de Kusikuy, Rosa Benites Goicochea, quien destacó que apostar por la lectura y el arte es una forma de resistir la violencia que azota a la región La Libertad.
La propuesta de Kusikuy no se limita a donar libros: cada biblioteca comunal se convierte en un punto de encuentro comunitario, donde los niños y jóvenes pueden participar en talleres de pintura, narración oral, escritura creativa y mediación lectora.
“El libro, el arte, la cultura y la educación son las verdaderas herramientas de transformación. En una ciudad golpeada por la delincuencia, debemos volver a creer en el poder de la palabra, la sensibilidad y la imaginación para reconstruir el tejido social”, afirmó.
La campaña “Dona un libro contra la violencia, por la paz” ha logrado movilizar a docentes, artistas, gestores culturales, familias y ciudadanos solidarios, que con sus donaciones y voluntariado hacen posible que el proyecto crezca.
Las bibliotecas comunales son implementadas con estanterías recicladas, murales artísticos y espacios adaptados para la lectura al aire libre, convirtiéndose en verdaderos oasis culturales dentro de zonas donde escasean los servicios educativos y recreativos.
“Nuestro sueño es que cada barrio tenga una biblioteca viva, donde los niños descubran su voz y aprendan a imaginar un futuro distinto”, sostiene Benites.
El proyecto de Kusikuy se alinea con una visión de educación ciudadana y cultura de paz, que busca atender no solo la falta de acceso a la lectura, sino también las causas sociales de la violencia: la exclusión, la falta de oportunidades y la pérdida de vínculos comunitarios.
“Trujillo necesita más cultura, más arte, más libros y menos balas. Solo desde la educación y el diálogo podremos construir una ciudad verdaderamente libre y humana”, sentenció Benites Goicochea.
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