La obra del colegio Inmaculada Concepción N.º 11014, ubicado en la urbanización Villarreal de Chiclayo, continúa paralizada y enfrenta un panorama crítico. Según el informe de control preventivo N.° 023-2025 de la Contraloría General de la República, el expediente técnico de saldo de obra, elaborado por el Consorcio Consultor Inmaculada, apenas registra un 60% de avance.
Irregularidades
El retraso se concentra en el modelado estructural con normativa actualizada, que aún está en proceso; la elaboración del informe técnico de inspección de campo, que no se ha completado; y el levantamiento de observaciones del primer entregable, que acumula demoras significativas. A ello se suma la falta de pronunciamiento del Gobierno Regional de Lambayeque (GRL) respecto a la actuación del Consorcio Supervisor Inmaculada, lo que impide aplicar medidas correctivas, incluidas posibles penalidades o la resolución de contratos.
Ante esta situación, el gerente regional de Infraestructura, Marco Carpio Cortijo, decidió resolver el contrato de supervisión y asumir directamente la inspección de la obra. Por su parte, el director de Estudios y Asistencia Técnica, Julio Jordán Saldaña, estableció que el primer entregable debía presentarse el 10 de octubre de 2025 y el expediente final el 31 de octubre del mismo año. A su vez, el jefe de Logística, Guillermo Hernández Seminario, confirmó que se procedería con la resolución del contrato de supervisión por incumplimiento contractual.
Sin embargo, una verificación de Correo constató que hasta la fecha estos compromisos no se han cumplido, lo que mantiene en riesgo la reactivación y culminación de la obra educativa. Además, la Contraloría identificó que el Consorcio Supervisor Inmaculada aprobó el primer entregable pese a que presentaba deficiencias en especialidades como arquitectura, estructuras, instalaciones sanitarias y eléctricas, costos, presupuestos y equipamiento.
Mientras tanto, los padres de familia reportaron que, en tanto se completa el expediente técnico, las alumnas siguen estudiando en condiciones precarias. El nivel primario funciona en un local del Consorcio Inmaculada, situado en la carretera Monsefú–Chiclayo, mientras que la secundaria opera en el centro de la ciudad, en las instalaciones de Appul, generando dificultades y malestar entre la comunidad educativa.