El Centro Histórico de Piura enfrenta un progresivo abandono que se refleja en calles deterioradas, casonas en ruinas y espacios públicos descuidados. Para el profesor Requena, del programa de Historia y Gestión Cultural de la Universidad de Piura: “El mal estado del ornato afecta negativamente, ya que un turista espera encontrarse con servicios básicos. Si no ve bancas, y veredas adecuadas o áreas para el peatón, su experiencia se deteriora y su capacidad de recomendación disminuye”, explica.
¿Cómo influye el estado del ornato en la percepción de los turistas?
Cuando Piura se oferta turísticamente, lo hace principalmente como destino de playas. El Centro Histórico no forma parte de esta oferta. Además, el mal estado del ornato afecta negativamente la experiencia del visitante y la percepción del turista y del residente, quienes pueden ver vulnerado su derecho a vivir en un ambiente limpio y habitable. Los centros históricos deben estar diseñados para sus habitantes, las personas locales. Su mala gestión lleva, a largo plazo, a que las viviendas se deterioren y los vecinos abandonen el Centro Histórico.
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¿Hasta qué punto la identidad cultural se ve afectada si se descuida el centro histórico y no se valora su riqueza patrimonial?
Luego del abandono, poco a poco, estas casonas se destruyen sin ser aprovechadas, a pesar de que muchas están declaradas patrimonio cultural. Eso afecta la parte estética y patrimonial, porque son esos elementos atractivos los que hacen que las personas sigan acudiendo. Esos espacios podrían utilizarse como centros culturales, museos, o alquilarse a bancos o tiendas que adecúen la infraestructura manteniendo el ornato. También, se pierden costumbres, como ir a la Plaza de Armas, sentarse un rato y dialogar, disfrutar del espacio público, sin estar necesariamente en un espacio de consumo masivo, como los centros comerciales (malls).
¿Qué impactos culturales tiene este descuido sobre el patrimonio intangible?
Richard Sennett explica en “El declive del hombre público” que hemos perdido la vocación de tener un espacio público de opinión y ciudadanía, encerrándonos en nuestras casas. Esto se refleja en la disminución de colectivos, voluntariados y asambleas. Por otro lado, según la teoría de los cristales rotos se demuestra que cuando los vecinos ven que algo se deteriora y nadie hace nada, colaboran con su destrucción. Esto puede estar pasando con el Centro Histórico de Piura. Se pierde el espacio de calidad para la conversación. Los centros históricos permiten un ocio humanista, cultural y educativo, no solo comercial.
El mal estado del ornato urbano, ¿afecta la competitividad turística de Piura?
Cuando llegas al aeropuerto, los taxistas te ofrecen llevar a Máncora, Colán, Los Órganos, porque responden a lo que más se visita turísticamente. Piura (ciudad) no aparece en el radar turístico más que como destino de dos o tres horas de paso. El vecino de Piura te dice que no hay mucho que ver. Es el primero en invitarte a que dejes su ciudad porque no confía en las posibilidades turísticas de su localidad. A la falta de cuidado del ornato se suma la percepción negativa de los ciudadanos sobre Piura.
El plan de modernización contempla pistas, veredas, drenaje pluvial y áreas verdes, ¿qué elementos culturales deberían incorporarse?
Debe contemplar vías de peatonalización amplias y bancas con sombra y protección para que la gente pueda estar más tiempo. Piura es muy calurosa y lluviosa, por periodos, por lo que el Centro Histórico debe estar preparado para los diferentes cambios de clima. Asimismo, hay que contemplar conexión entre plazas, monumentos, iglesias, parques, museos y centros culturales, con posibilidad de ir caminando o en bicicleta. Los centros históricos siempre han sido lugares de comercio. La gente debe llegar y generar nuevos negocios y dinamismo económico.
¿Qué papel deberían cumplir los actores locales para asegurar una urbe atractiva?
Las autoridades deberían invitar a que los vecinos se agrupen, formen comités y colectivos, y cada dirigente pueda hacer cosas concretas. Las grandes medidas funcionan cuando hay vecinos activos que promueven iniciativas de cuidado, pintado y mantenimiento.