A sus 79 bien vividos, Germaín de la Fuente, emblemática voz de “Los Ángeles Negros”, defiende la vigencia de una propuesta romántica que no se ha quedado como símbolo impávido de la nostalgia.
“Debo decirte que los nostálgicos de mi edad, que van a mis conciertos, son pocos. A mí me sigue más bien la gente joven, hasta imitadores que se presentan casi a diario interpretando alguna de las canciones que yo grabé. Ese reconocimiento lo aplaudo, me llena no solo de nostalgia, sino de placer, llegar a este punto en la vida cautivando a nuevas generaciones es importante”, nos dice el cantante, que llega al Perú para una gira nacional por los 60 años de “Los Dolton’s” que junto a “Los Iracundos”, recorrerá Piura, Chimbote, Huaraz y Lima, con un espectáculo titulado “Una noche para recordar”.
¿Te has dado cuenta que los jóvenes que compiten en concursos de canto eligen los temas de antes, no los que están de moda?
Efectivamente, así es, yo no voy a decir si la música de hoy es buena o mala, el problema es que yo no la entiendo. Prefiero decirlo así, que hostigar a la persona que la canción es mala, porque uno también se puede equivocar, sin duda alguna.
Definitivamente, con temas clásicos como los que interpretas se pueden lucir las voces de los competidores en cualquier reality.
La música de hoy tiene el problema de que no tiene mucha consistencia vocal. Las canciones de Los Ángeles Negros, de esas épocas tan gloriosas, las grabábamos sin autotune, nada de arreglar la voz con la computadora.
Se grababa con la orquesta en vivo, sin tantos artificios.
Así nos tocaron nuestras primeras grabaciones, era todo en directo y de una vez, porque además no había presupuesto tampoco, no podíamos equivocarnos. Podían decirte: hasta aquí llegamos.
Germaín de la Fuente también marcó tendencia en el vestuario. ¿Lo de la capa fue algo estudiado?
Yo inventé esa forma de presentarme porque no veía mucha posibilidad de moverme en el escenario para lograr hacer algo diferente. Se me ocurrió que con la capa podía dar un poco de movimiento a la actuación misma, fue tanto el impacto que hasta me imitaban haciendo lo mismo que yo en los shows.

¿En base a tu experiencia, para triunfar, qué pesa más una buena voz, o un estilo?
Para mí, un intérprete trasciende si elige una buena canción, yo siempre me he inspirado gracias al tema que me presentan. Lo que diga la canción es lo que va a apreciar el público que te escucha, por eso, el repertorio es básico y lo importante es el sentimiento que le pongas a la hora de interpretar.
¿La voz exige un especial cuidado para mantenerla a través de los años, es tu caso?
Hay técnicas que en mis inicios desconocía, yo he empezado a trabajar con respecto a mi voz, hace unos 10 o 15 años. Es vital tomar clases de canto, la voz es nuestro instrumento de trabajo y hay que cuidarla, yo tengo una persona que me ayuda en ese proceso. Los años, que te traen sabiduría y experiencia también ayudan a lograr una mayor permanencia en los escenarios..
¿Tras una larga carrera, y a un año de los ochenta, le has puesto límites a tu oficio?
No he pensado en límite alguno, es que la carrera musical para mí no es un trabajo, es mi mayor placer. Sentir el apoyo de mis colegas, el cariño de la gente, yo creo que todo eso me enriquece como artista y persona. Lo que recibo del público me otorga esas ganas de seguir viviendo.





