"Revisando mi vida, me doy cuenta que prácticamente he hecho mi carrera en el Marsano", recuerda Pilar Brescia.
"Revisando mi vida, me doy cuenta que prácticamente he hecho mi carrera en el Marsano", recuerda Pilar Brescia.

“Ami edad es difícil protagonizar, es una suerte que hayan papeles para mujeres grandes”, nos dice Pilar Brescia, que encarna a una abuela consentidora y cómplice de su nieto en “Senza Vergüenza”, obra dirigida por Igor Olsen que se presenta hoy y el próximo miércoles 10 en el Nuevo Teatro Julieta. La actriz, que considera su oficio sobre las tablas una apuesta de vida, a la vez está consciente de que no existe “papel chico” y esto lo demuestra junto a Carlos Thornton, Álvaro Pajares, Johan Escalante y Yunaikel Ramos, en una historia que nos invita a escuchar la voz que muchas veces callamos: La nuestra.

¿Consideras que para las actrices les resulta más cruel cumplir años?

Por supuesto, un galán puede seguir siéndolo a los 40, a los 50, a los 60, se le presenta atractivos y con posibilidad de enamoramiento, pero en el caso de las mujeres, tienes que haberte hecho un nombre muy importante como Meryl Streep o Susan Sarandon para destacar por su talento. Pero en el caso de la estética y la imagen, no hay perdón para las mujeres.

Y es allí cuando se les exige una apariencia más joven y se les obliga al bótox o las cirugías.

Es algo muy cruel, inhumano, especialmente cuando se sienten obligadas a hacerlo. Pero creo que hay ahora un resurgimiento de actrices que están diciendo: “Yo no me toco la cara”. Hay actrices que apelan a su talento para permanecer y no que te veas joven a los 60 o a los 70, eso es ridículo.

Esa frivolidad se está exacerbando en las redes sociales, en las que se proyectan rostros que no corresponden a la realidad.

Yo soy consejera en adicciones desde hace 20 años, y veo que hoy, la gente además de estar pendientes de subir contenido cada hora, tiene una obsesión de ser más blanco, de ojos grandes, sin arrugas, cada vez más rubios y rubias. Enseñando como si esa fuere la realidad y el patrón de belleza.

Pilar Brescia, actriz que participa en "Senza Vergüenza”, obra que se presenta este 3 de diciembre y miercoles 10, en su última función a las 8 de la noche en el Nuevo Teatro Julieta (Pasaje Porta 132 Miraflores).
Pilar Brescia, actriz que participa en "Senza Vergüenza”, obra que se presenta este 3 de diciembre y miercoles 10, en su última función a las 8 de la noche en el Nuevo Teatro Julieta (Pasaje Porta 132 Miraflores).

Lo que sí es real son las ausencias y despedidas, la más reciente, la de Camucha Negrete en plena temporada de “Monólogos de la vagina”.

Fue terrible, muy fuerte, porque en principio ella se despidíó de nosotros por dos o tres semanas para hacerse unos chequeos y se supone que regresaba: De pronto, fuimos viendo que no estaba bien, que no mejoraba.

Hicieron función el mismo día de su velorio.

Sí, un sábado, como se dice en el teatro: el show debe continuar. Me dieron ese día la responsabilidad de hablar al final de la función, el público aplaudió maravillosamente, todos aplaudimos. Al final se siente un vacío que no tienes como llenar.

El teatro te ha dado esas hermandades de la vida...

Totalmente, sobre todo en el Marsano, donde he trabajado en temporadas muy largas, y con Camucha hemos compartido obras en varias oportunidades.

El Marsano, es el teatro en el que te iniciaste, siempre fue tu casa....

Revisando mi vida, me doy cuenta que prácticamente he hecho mi carrera en el Marsano. Siempre que me llamaba Osvaldo, yo no tenía ninguna pregunta, ni de la obra que pensaba poner, ni de cómo sería, ni la puesta en escena ni nada, yo le decía sí. Confiaba completamente en él, entonces creo que solo hay cuatro obras que no he hecho en el Marsano. Toda mi vida está allí.

Tu vida seguirá siendo el teatro, ¿qué debe tener una obra para que te capture y la aceptes?

Que realmente la disfrute y la saboreé, que transmita una verdad para que el público, cuando se vaya a su casa, se lleve algo, Hasta ahora lo he podido hacer así, y espero que eso continúe.