A pocos meses de abrir sus puertas, Paco Yonque viene dando que hablar. La experiencia en este imponente lugar comienza desde el nombre. No solo juega con el personaje del popular cuento de César Vallejo, Paco Yunque, sino que al mismo tiempo reivindica la imagen del yonque, el famoso aguardiente consumido en los Andes peruanos que es poco reconocido, e incluso marginado.

El ingreso no es inmediato; hay que atravesar un largo pasadizo hasta llegar a un lugar oscuro, casi místico, llamado El Boticario o el Museo del Yonque, donde aseguran que pueden curar todos los males.

Acá encontramos amplios pasillos con estanterías llenas de una selección de 2,500 botellas de macerados e infusiones medicinales que prometen curarlo todo, desde las fobias más extremas hasta enfermedades: las de siempre y las raras.

La puesta en escena en este local es impecable, desde la iluminación hasta la decoración. Incluso la atención de las guías del museo suma a esta experiencia, que por momentos puede ser estremecedora, sobre todo cuando uno se encuentra frente a macerados que contienen tarántulas, pulpos o pirañas. Debo decir que la visita la hice en familia, y para mis hijos fue un entretenido aprendizaje. La visita a El Boticario incluye una degustación de yonque: tienen hasta seis sabores diferentes, y para los más pequeños también hay una bebida especial sin alcohol llamada “Paquito”.

El salón principal se encuentra en el tercer piso. En este lugar, inspirado en los años treinta y cuarenta de la ciudad de Nueva York, se cuida cada detalle, incluso los uniformes de los mozos: de chaqueta blanca. Además, este amplio e imponente espacio ofrece las mejores vistas del Parque Kennedy que he visto, ideal para disfrutar con amigos, la pareja o turistas. Al abrir el ascensor, lo primero que uno encuentra es la gran línea de parrillas de casi 20 metros, que enciende el fuego diariamente para ofrecer una gran variedad de opciones: chorizos hechos en casa, mollejas de res crujientes por fuera y cremosas por dentro, vegetales, pescados, mariscos y todo lo que se pueda poner sobre las brasas. A cargo se encuentra Jean Pierre Casquier, chef de Parrillas.

En la cocina encontramos al chef Heine Herold, director gastronómico del lugar, quien ha creado una carta amplia y divertida, pero sobre todo confortable y generosa. Junto a Julio Callirgos, chef ejecutivo, ofrecen platos como el carpaccio de roast beef, causa de cangrejo con langostinos al panko, tres tipos de ensaladas, langostinos al ajillo en vino blanco, empanadas mixtas y champiñones rellenos de ricota y quesos andinos. No dejen de probar las pizzetas; el panadero Alexander Orozco está a cargo de la panadería del local, y sus masas y panes son impecables. La parte fuerte de la carta incluye cortes sabrosos, jugosos, con la grasita perfecta, de carne Angus, algunos dry-aged. La estrella es la parrilla de cuatro carnes: lomo fino, asado de tira con hueso, un bife ancho jugoso y la entraña. Todo se sirve alrededor de un pimiento relleno con cinco quesos asados. Es ideal para compartir en el centro de la mesa, acompañado de papas y ensalada de la casa. ¡Buenísimo!

Pero hay más además de las carnes: el lomo saltado es un imperdible, de los mejores que hemos probado. También destaca el Lemon Butter Fish, una especie de pescado a la meunière, con pesca del día, mantequilla de limón, ajo y alcaparras. Acompaña papas reventadas y espárragos salteados. Prueben también la milanesa de lomo fino a la napolitana.

Los postres son una fiesta por sí mismos. El Flan Paco tiene una textura perfecta; el tiramisú con mousse de mascarpone; la torta de chocolate; y sus helados artesanales, servidos con diversos toppings, como gomitas, salsas, o caramelos, son la perdición de mis hijos. La barra tiene una zona privilegiada en el salón. La coctelería de autor está diseñada para acompañar la carta, y por supuesto, el Yonque es la estrella que podrán degustar durante toda la visita.

Nota: en el primer piso hay un acogedor bar de butifarras hechas en casa, igual que sus panes, postres, encurtidos y pastelería. Además, el local cuenta con tres espacios privados temáticos en el segundo piso, todos con vista al Parque Kennedy. Se pueden reservar a través de su Instagram @pacoyonque

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