En su discurso del martes ante la Asamblea General de la ONU, que se da en el marco del 80 aniversario de la fundación del organismo, el presidente estadounidense, Donald Trump, cuestionó la utilidad del ente global.
En un contexto en el que se desarrollan las guerras en Ucrania y Gaza, el mandatario se jactó de haber resuelto él mismo siete conflictos desde que ocupó nuevamente el Despacho Oval de Casa Blanca, sin que -según él- la ONU ni siquiera intente ayudar. “¿Cuál es el propósito de las NN.UU.? […] Lo único que parecen hacer es escribir una carta con palabras muy duras y luego no darle ningún seguimiento. Son palabras vacías, y las palabras vacías no resuelven la guerra”, espetó.
De acuerdo con el primer artículo de la Carta de San Francisco de 1945, documento fundacional de la entidad planetaria, el propósito de la ONU es “mantener la paz y la seguridad internacionales, y con tal fin tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas a la paz”.
El internacionalista Farid Kahhat cuestionó que Trump en realidad haya resuelto algún conflicto. “Acuerdos temporales o acuerdos de negociar algo a futuro no son una solución. Por lo demás, la ONU no puede intervenir cuando no hay consenso en el Consejo de Seguridad. Y, por ejemplo, en el caso de Gaza, el principal obstáculo en el Consejo es el veto estadounidense en favor de Israel. Entonces, ahí donde la ONU no funciona a veces el responsable es EE.UU.”, manifestó.
Debate. Precisamente, el derecho a veto está en medio de la discusión sobre la capacidad de la ONU para avanzar hacia soluciones. De acuerdo con el funcionamiento de la ONU, EE.UU., Rusia, China, Francia y Reino Unido -es decir, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad- tienen derecho a bloquear las resoluciones vinculantes que emita esa instancia.
En 2023, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, criticó que Rusia frene todos los esfuerzos para acabar la guerra que el Kremlin inició contra su país. Por ello, solicitó una reforma que lleve a suspender y retirar el derecho de veto siempre que un agresor haga uso del mismo. “El veto en manos del agresor es lo que llevó a la ONU a un callejón sin salida”, sostuvo.
Para Kahhat, la propuesta de Kiev es poco realista porque tendría que someterse a votación en el Consejo de Seguridad. “Rusia vetaría esa alternativa. No podría aprobarse la reforma”, señaló.
El experto manifestó que el derecho a veto existe porque “no se quería era repetir el error de la Sociedad de las Naciones [el órgano precursor de la ONU], en donde cada Estado tenía un voto, pero las potencias, para efectos prácticos, ignoraban la Sociedad de las Naciones cuando tomaba decisiones contra sus intereses. Para evitar que las potencias abandonaran la organización o actuaran sistemáticamente contra ella, se les dio ese poder especial dentro del Consejo de Seguridad. El veto existe para que la ONU no falle en contra de las grandes potencias. No es justo, pero es políticamente conveniente”.
También el Perú ha presentado iniciativas para modificar el mecanismo de veto. El año pasado, el entonces canciller Javier González-Olaechea propuso que solo se pueda bloquear una resolución si tres o más miembros ejercen el veto.
En opinión del internacionalista y excanciller Miguel Ángel Rodríguez Mackay, una propuesta como la de González-Olaechea atentaría contra el equilibrio de poderes, pues EE.UU., Francia y Reino Unido -aliados tradicionales- siempre superarían en votos al bloque Rusia-China.
“Es frecuente decir que la ONU es deficiente o ya dejó de cumplir su rol. Yo tengo mis serias dudas, pues creo que NN.UU., con todos sus defectos, sigue siendo el foro político ecuménico de mayor validación planetaria que por lo menos está logrando que no se produzca el punto de quiebre de lo que consagró la Carta de San Francisco; es decir, que no haya una tercera guerra mundial. Más allá de los conflictos regionales que ha habido, todas estas guerras en verdad no significan que NN.UU. no cumpla su objeto. […] El mecanismo para que la ONU haya conseguido que hasta el día de hoy se solvente la paz mundial como la tenemos, con sus defectos, es que existe el derecho de veto. El derecho de veto evita que se produzca el capricho del que tiene más poder, porque basta que uno se oponga para que prosperen las resoluciones”, afirmó Rodríguez Mackay.