Una vergüenza total para los peruanos y en especial para el alicaído Ministerio Público que anda de tumbo el tumbo, el que se haya sorprendido in fraganti al fiscal Henry Amenábar Almonte en el baño de un centro comercial de Miraflores, mientras recibía tres mil dólares de “adelanto” de una coima total de 20 mil dólares por “limpiar” a un investigado por tráfico de drogas, lo que sin duda debería llevar a la más dura sanción penal contra este sinvergüenza.
Ojo que este sujeto no era “cualquier” fiscal. Fue parte del “reconocido” equipo especial Lava Jato que lidera el fiscal superior Rafael Vela Barba, donde en teoría, en teoría, eran enviados los mejores magistrados por tratarse de un caso emblemático. Incluso el ahora detenido por ser un vil coimero es recordado como aquel que el 17 de abril de 2019 estuvo a cargo de la fallida diligencia de detención contra Alan García, que terminó con el suicidio del expresidente en su casa de Miraflores.
El vergonzante caso del fiscal Amenábar Almonte, que hasta el momento de su detención laboraba en la Segunda Fiscalía Corporativa Penal de Miraflores - Surquillo - San Borja, es uno más que ilustra la necesidad de una reforma a fondo en el Ministerio Público. Los corruptos, los ineptos y los cómplices de los delincuentes a los que les encanta liberar en perjuicio del ciudadano, están en todas las instancias. Es urgente realizar una fumigación a fondo.
Pero veamos cómo va la cabeza de la institución, que es la Junta de Fiscales Supremos, donde todos sus integrantes, todos sin excepción, son objeto de serios cuestionamientos, por lo que hace tiempo he sostenido que deberían estar en su casa. En medio de todo este caos, enfrentamientos y desgobierno, no sorprende que en las fiscalías de menores instancias sus integrantes hagan lo que les dé la gana, todo en contra del peruano de a pie que exige justicia y sanción para quienes cruzan la línea.
El Ministerio Público, como corresponde, ha sacado ayer un comunicado expresando su indignación por el accionar de su mal elemento y exigiendo la más dura sanción. Sin embargo, más allá de lo que haya hecho ese corrupto, es necesaria una mirada a fondo en esa institución que es uno de los grandes problemas que tenemos los peruanos en la lucha contra la corrupción y la criminalidad. ¿Recuerdan el “caso cócteles”?, ¿recuerdan cómo dejaron escapar a Betssy Chávez?, ¿ven cómo liberan a extorsionadores?




