Cuando a fines de los años 80 e inicios de los 90, parecía faltar muy poco para que Sendero Luminoso alcance el llamado “equilibrio estratégico” como paso previo a la toma del poder en medio de asesinatos selectivos en Lima y crímenes salvajes de campesinos pobres en la sierra, atentados dinamiteros, cortes de luz, toma de universidades y “paros armados” en que aquel que salía a trabajar corría el riesgo de ser eliminado, muy pocos hubieran imaginado que 30 años después iba a llegar al gobierno alguien como Pedro Castillo, un filosenderista.

Y hacer esta afirmación no es “terruqueo”. Es, simplemente, sostener la verdad. El profesor con su sombrerito y su cara de que no mataba ni una mosca, fue el candidato del Movadef –que es el rostro reciclado de Sendero Luminoso para estos tiempos post “lucha armada”–, y de su sindicato de profesores extremistas que habría que ver qué tipo de veneno están soltando en las aulas a su cargo. Los videos del futuro golpista incluso con terroristas salidos de prisión, no permiten mentir.

Castillo es el mismo que hizo ministro de Trabajo y Promoción del Empleo a Íber Maraví, conocido en Ayacucho a inicios de los años 80 por su participación en atentados dinamiteros, según consta en atestados policiales. Este sujeto ha estado, cual “abogado democrático”, detrás de la defensa del expresidente en los procesos que afronta por golpista y ladrón tras su nefasto paso por Palacio de Gobierno, lugar donde se hacía visitar por adherentes al Movadef.

Por si fuera poco, el golpista llegó al poder al haber postulado por un partido que lanzó como aspirante al Congreso a un sujeto como Guillermo Bermejo, que acaba de ser condenado a 15 años de prisión por afiliación a la salvaje banda de los narcoterroristas Quispe Palomino; y que también tiene en sus filas hasta hoy a la congresista María Agüero, la defensora de la “camarada Vilma”, una de las senderistas más brutales y salvajes de las que operan en el VRAEM, emboscando y matando a militares y policías.

Como señalé días atrás en este espacio, Sendero Luminoso es, sin duda, lo peor que ha podido producir el Perú. Pese a eso, han logrado infiltrar la política, el Congreso e incluso sentar a uno de los suyos en Palacio de Gobierno, para poner como premier a Guido Bellido, el hombre que admiraba a la terrorista Edith Lagos y reclamaba a una periodista para que no se meta ni agravie a los senderistas. Sí, todo esto elegimos en 2021 a pesar de la historia sangrienta que hemos vivido desde los 80.