En el Congreso han perdido la vergüenza, pues ya no solo ponen a gente como el “niño” Elvis Vergara al frente de la Comisión de Ética y, de yapa, en la de Fiscalización. Como si fuera poco, el miércoles último, mientras la indignación perseguía a los peruanos por semejante designación, el Pleno aprobó que los legisladores que aspiren a la reelección en los comicios del 2026 puedan hacer campaña libremente, incluso en las semanas de representación que se pagan con fondos públicos.

La iniciativa que en un primer momento fue dejada de lado por ser una verdadera vergüenza y una burla al ciudadano, fue promovida por el fujimorista Arturo Alegría, flamante presidente de la Comisión de Constitución, para finalmente ser aprobada, tras una reconsideración, por 82 votos a favor, 32 en contra y 8 abstenciones, con lo que la neutralidad exigida a todos los funcionarios públicos en épocas electorales, queda de lado únicamente para los llamados “padres de la patria”.

Pero eso no fue todo lo que vimos el miércoles último, pues ese mismo día, a algunos de nuestros otorongos no se les ocurrió nada mejor que proponer que desde julio del 2026, los senadores y diputados ganen igual que un vocal de la Corte Suprema de Justicia, es decir 35 mil soles, con lo que sumados los beneficios, llegarían a cobrar 42 mil soles. ¿Eso beneficiaría a los actuales legisladores? Sí, a los que resulten reelectos, que sin duda van a ser varios teniendo en cuenta que hasta podrán hacer campaña con fondos públicos.

¿Se imaginan pagarle esa cantidad a gente como Pasión Dávila, Darwin Espinoza, María Agüero o María Acuña? Al menos un juez supremo ha hecho carrera por largos años, ha pagado su derecho a piso y cuenta con estudios superiores. En cambio, en los últimos años hemos visto que la calidad de congresistas que tenemos ha ido en franco declive. Y por último, el que no esté de acuerdo con los 15 mil soles que les pagan hoy, que no postule y se dedique a otra cosa. En el sector privado podría encontrar un buen empleo, ¿verdad?

Es evidente que muchos en el Congreso han perdido la vergüenza y que ya no les interesa lo que piense en ciudadano de ellos, pues saben que a fin de mes igual van a cobrar y que quizá los vuelven a elegir gracias a las leyes que ellos mismo han dado. ¿Lo vamos a permitir? Eso dependerá de la responsabilidad del elector que ojalá esta vez no se dispare a los pies, y termine votando por el que baile más bonito, el que diga que va a fusilar a los ladrones y corruptos, o el que jure que dará trabajo a todos, en fin… por el más cuentero.

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