La muy buena noticia de la captura del feroz asesino y extorsionador Erick Moreno Hernández (a) “El monstruo” por la policía de Paraguay, se visto ensombrecida por la información que llega desde ese país, en el sentido de que este criminal sindicado como cabecilla de “Los injertos del Cono Norte”, habría contado con la complicidad de malos agentes peruanos que lo habrían alertado antes de los operativos que se iban a llevar a cabo para capturarlo, a fin de que huya y se ponga a buen recaudo.
Esto no solo lo ha dicho el hampón, a quien pueden no creérseles muchas cosas. Pero la versión ha salido de la prensa paraguaya, y a su vez el actual ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan José Santiváñez, antes titular del Interior, ha indicado que desde mucho tiempo atrás se sabía que tres malos policías peruanos brindaban información a este criminal, lo cual debe merecer una investigación inmediata para dar con los responsables y sancionarlos como se merece.
Resultaría gravísimo que desde la propia Policía Nacional del Perú, que tenía el encargo de poner tras las rejas a “El monstruo”, uno de los grandes responsables de la crisis de inseguridad que vivimos que se traduce especialmente en extorsiones y crímenes a manos de sicarios, hayan estado poniendo zancadillas al arresto de este sujeto que movía millones de soles obtenidos a través de cobardes amenazas, por lo que es fácil suponer que estos malos policías habrían estado protegiéndolo a cambio de dinero.
Lamentablemente, la limpieza de la Policía Nacional de malos elementos es una tarea aún pendiente. No lo señalo ahora tras el arresto de Moreno Hernández en Paraguay, sino desde hace mucho tiempo. Es un trabajo que debe llevar a cabo el próximo gobierno para acabar con los delincuentes de uniforme que tanto daño hacen a la sociedad y al mismo tiempo a sus compañeros honestos, responsables, abnegados y siempre dispuestos a dar la vida por los ciudadanos.
Ojalá “El monstruo” esté pronto en el país a fin de que responda ante la justicia por todos sus crímenes, y también para que hable y diga quiénes lo han ayudado a burlarse de las autoridades luego de salir de nuestro país sin que nadie se diera cuenta a pesar de todo lo que se sabía de él. El INPE ha dicho que quizá le espere una celda en el reclusorio de la Base Naval del Callao, lo cual estaría muy bien, aunque sería aún mejor si fuera para allá acompañado de los malos policías que le habrían dado una mano.