La justicia peruana y los ciudadanos de este país han sido objeto de una nueva burla, esta vez por parte de la expremier castillista Betssy Chávez, quien como era de esperarse desde que fue excarcelada gracias al lamentable papel del Ministerio Público, ya se encuentra asilada en la Embajada de México en Lima, con la única intención de evitar su condena por golpista.
Por esto tiene que responder, sin lugar a dudas, el Ministerio Público de Delia Espinoza y compañía, que pese a tratarse de un caso emblemático, no solicitó a tiempo la ampliación de la prisión preventiva de la golpista, lo que llevó al Tribunal Constitucional a sacarla de la cárcel en momentos en que la mujer simulaba estar débil por una supuesta huelga de hambre que era un tremendo cuento.
Es evidente que Chávez ha recurrido a México para escapar de la justicia peruana porque el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha optado por defender tanto al cabecilla del golpe, Pedro Castillo, como a su familia y a sus cómplices, en este caso la expremier que sin duda alguna iba a ser condenada a una larga pero justa carcelería por el quiebre del orden constitucional en el que participó.
Muy bien el gobierno del presidente José Jerí de romper relaciones diplomáticas con el régimen de esa impresentable de Shainbaum, por haber convertido a su noble país en el vertedero de golpistas afines a su línea: la izquierda.




