La aprobación del octavo retiro de los fondos de las AFP en favor de los afiliados no fue la única medida populista dada por el Congreso en las últimas horas, pues también acaba de crear 22 universidades nacionales y ha dado luz verde a que los trabajadores públicos que están bajo la modalidad CAS, accedan a dos gratificaciones completas al año, CTS y cobertura de sepelio, lo cual estaría muy bien si es que nos dijeran de dónde va a salir la plata para cubrir todo esto.

En el caso de las AFP, fue evidente la desesperación de los congresistas –incluso de los fujimoristas que promovieron una reforma que al final ellos mismos se trajeron abajo–, por bajar la intensidad de las críticas de la calle que se estaba calentando, y de paso congraciarse con la gente con miras a su reelección. Por ello, apelaron todos al populismo y dieron luz verde al octavo retiro que además cuenta con la venia de Palacio de Gobierno. ¿Y los criterios técnicos? No importan.

Lo de las universidades públicas es una verdadera estafa a los ciudadanos, especialmente a los jóvenes que se la van a pasar cinco años estudiando para al final salir con un diploma que valdrá poco o nada, simplemente porque por ausencia de fondos, su formación va a ser muy deficiente. Esto es populismo barato. Todos quisieran que haya una universidad en cada provincia o hasta en cada distrito, pero eso es imposible. Además, ¿hay tantos maestros y doctores de calidad como para ser docentes de 22 nuevas casas de estudios?

Respecto a los trabajadores CAS, quién en su sano juicio no quisiera que los servidores públicos ganen buenos sueldos y tengan beneficios. Sin embargo, los promotores de esta norma deberían explicar de dónde va a salir la plata para incrementar el gasto fiscal. Es muy fácil proponer, aprobar al caballazo y salir a tomarse fotos con los beneficiarios, pero que digan quién va a pagar esta factura. ¿A qué sectores les van a achicar los recursos?, ¿a la seguridad?, ¿a la salud?, ¿a los programas sociales?

No hay duda que en el Congreso están desesperados por la reelección y que conforme se acerquen las elecciones, serán capaces de producir más mamarrachos populistas. En teoría el Poder Legislativo no tiene iniciativa de gasto, pero estamos viendo todo lo contrario. Hacen lo que les da la gana y luego, cuando sea imposible concretar lo que han aprobado, le echarán la culpa al Poder Ejecutivo, a la empresa privada o a quien sea, como si la plata se pudiera generar de la nada.

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