¿Las alianzas electorales previas son más sanas que las pactadas al cierre de la campaña? Considero que sí, que ideológicamente están más fuertes, más consolidadas, que llevarán más tiempo afianzándose, aunque no siempre acaben juntas. Mientras que las segundas se enfundan sólo para sumar votos y evitar que otros triunfen, como ocurre con frecuencia en nuestro país, por lo que suelen ser dañinas.

Según El Comercio, estas son las únicas cinco alianzas electorales, Fuerza y Libertad (Fuerza Moderna y Batalla Perú, Ahora Nación (Ahora Nación y Salvemos al Perú), Unidad Nacional (Partido Popular Cristiano, Unidad y Paz y Peruanos Unidos), Venceremos (Voces del Pueblo y Nuevo Perú) y Frente de los Trabajadores y Emprendedores (Primero la Gente y el Partido de los Trabajadores y Emprendedores). Todos nuevos y pequeños, pero empeñosos por su transparencia.

No es casualidad que agrupaciones con representación en el Congreso no hayan optado por establecer alianzas, que prefieran esperar el ardor de la campaña para medir su ubicación en las preferencias y sus posibilidades de triunfo o derrota. En ese sentido, Renovación Popular, Podemos Perú, Somos Perú, Acción Popular, APP, Perú Libre y Fuerza Popular irán solos hasta que las cifras les hagan cambiar de parecer a sus dirigentes. ¿Y el resto?

Lo peligroso es que la fragmentación de partidos continuará y que, de seguro, habrá alianzas electorales de último momento, esos matrimonios por conveniencia que duran el tiempo de un abrazo, lo que conllevará a ser testigos, nuevamente, de pactos contranaturales por el simple hecho de no querer morir en el intento. En las últimas campañas vimos cada zafarrancho con tal de evitar que alguien gane y luego sufrimos las consecuencias. Que no vuelva a ocurrir.