La escalofriante frase que titula este editorial no fue proferida por ningún ranqueado delincuente, sino por la congresista Kira Alcarraz Aguero y se la dijo a una periodista que descubrió que le había dado trabajo a la pareja de su hijo en el Parlamento.
“No estoy alterada, por eso que todavía sigues viva”, fue la respuesta de la parlamentaria, electa por Somos Perú y que terminó en las filas de Podemos, a la periodista Marycielo del Castillo, del programa Contracorriente, de Willax Televisión, tras perder los papeles cuando la cuestionaron sobre por qué contrató a Diana Alani de la Cruz Flores, enamorada de Yarcino Yorch Villegas Alcarraz.
Alcarraz Aguero también reconoció, en cámaras, que contrató a un amigo de su hijo. El nivel de cinismo y violencia es alarmante. ¿Cuánta impunidad debe sentir una funcionaria para hablar así frente a cámaras y quedarse tan tranquila?
¿La Comisión de Ética Parlamentaria dirá algo? ¿El Ministerio Público accionará de oficio contra la legisladora que, cuando menos, lanzó una amenaza velada contra la integridad de una periodista? ¿Qué se creen los congresistas? Unos roban a sus empleados, otros piden viáticos para reuniones virtuales o en el propio Parlamento, y unos más son grabados amenazando a periodistas o hasta escupiéndolos. Y acá no pasa nada.