En cualquier gobierno mínimamente serio y responsable, la acumulación de escándalos e investigaciones por presuntos delitos que arrastra el ahora ministro de Justicia y Derechos Humanos, Juan José Santiváñez habría bastado para que, luego de su censura como titular del Interior, fuera vetado del Ejecutivo.
Pero no, Dina Boluarte lo premió con una oficina creada en Palacio con amplios poderes y luego lo devolvió al Gabinete, esta vez como ministro de Justicia. Es el único censurado en la historia que vuelve a ocupar una cartera y el Congreso ni se ha despeinado por esta burla a su sanción.
Como si fuera poco, ayer se emitieron unos audios donde se escucharía al ahora titular de Justicia decir que tiene “dos magistrados del Tribunal Constitucional” (TC) que lo “están apoyando”. ¿Apoyando en qué? Santiváñez tiene impedimento de salida del país por un caso en que, según un colaborador eficaz, le habría entregado US$20 mil al ministro para que este, a su vez, los use para conseguir un fallo del TC a favor de un policía condenado por ser parte de una organización criminal, nada menos.
Si Santiváñez no cayó cuando en los audios, donde negó su voz, con el capitán Junior Izquierdo ‘Culebra’ afirmó que Palacio ayudó a escapar a Vladimir Cerrón, ¿qué podemos esperar ahora? ¿Tanto poder tiene? ¿Qué le sabe a la presidenta?