La caída en Paraguay de Erick Moreno Hernández, alias “El Monstruo”, quien habría permanecido oculto gracias a malos elementos de la Policía Nacional del Perú (PNP), nos ha demostrado una vez más que es urgente llevar a cabo una profunda reforma de la institución, que permita la salida sin posibilidad de retorno por la vía judicial, de los agentes corruptos, que los hay, sin duda, en todos los grados.

El país, que es severamente golpeado por la criminalidad, jamás podrá ver superada esta dolorosa situación con una institución policial plagada de ladrones, coimeros, asesinos y extorsionadores de uniforme. Es duro afirmarlo, pero es lo cierto. Por eso, toda esa gente tiene que ser detectada, separada y enviada al Ministerio Público y el Poder Judicial como parte de la reforma pendiente.

El próximo gobierno junto al Congreso, tienen que llegar a un acuerdo político para llevar a cabo un proceso certero que permita limpiar a la PNP de los delincuentes que incluso forman parte de mafias dentro de la institución, a la que solo deberían entrar los mejores ciudadanos, gente con real vocación de servicio, que es lo que creemos que motiva a la mayoría de buenos elementos policiales.

Jamás podremos erradicar a la delincuencia, si la PNP no cambia. Llevamos casi 25 años con la criminalidad en ascenso y si seguimos por el mismo camino, no iremos a ninguna parte.