En líneas generales, el primer gabinete ministerial convocado por el presidente José Jerí ha recibido nota más que aprobatoria por la interesante combinación que trae, de técnicos con gente de peso como el premier Ernesto Álvarez Miranda, un jurista de larga data y con las ideas claras –que son precisamente las que no gustan a sus críticos–, y en ministerios claves como Relaciones Exteriores, Economía y Finanzas, Defensa y sobre todo Interior, a cargo de las políticas para la lucha contra extorsionadores, sicarios, ladrones y demás lacras.

No me gusta que se haya puesto en Mujer y Poblaciones Vulnerables a una militante de Somos Perú como Sandra Gutiérrez Cuba. Méritos personales y profesionales debe tener, pero en momentos de desconfianzas y levantadas de ceja ante la menor sospecha, no es buena idea haber colocado en el gabinete a una integrante del partido que tiene como dueña a Patricia Li Sotelo, que quiso convertir en presidente a Daniel Salaverry, y que recicló al vacado Martín Vizcarra. Sin dudo pudo haber otra mejor opción.

Pero más allá de eso, resulta irónico que los críticos del actual equipo ministerial sean quienes en el pasado han aplaudido a jefes de gabinetes nefastos como Guido Bellido, Mirtha Vásquez, Aníbal Torres o Betssy Chávez; y que han apoyado a ministros de Pedro Castillo como el guerrillero Héctor Béjar, el otro que estuvo en Salud y ofrecía “aguas arracimadas” para el bienestar, al que había estado preso por dos asesinatos, al sindicalista que tenía una hija sin cargo público que le manejaba el Ministerio de Educación y a otros impresentables.

Esos que ahora salen a decir que el primer gabinete de Jerí “no me representa”, son los mismos que antes fueron entusiastas defensores de Ollanta Humala y Nadine Heredia –uno en la cárcel y la otra prófuga de la justicia–, bailaron samba al lado de la corrupta Susana Villarán al ritmo de los dólares sucios entregados por brasileños bribones de Odebrecht para asegurar las obras y los peajes, y aplaudían felices a un casi iletrado y comprobado filosenderista como Castillo, que ahora está preso por golpista.

Sin duda, esta gente no puede venir a decirnos a los ciudadanos qué es lo mejor para el Perú, sea a través de las redes sociales o en movilizaciones como la que hubo ayer. El actual gabinete merece al menos el beneficio de la duda para afrontar dos grandes responsabilidades: reducir la ola delictiva que nos golpea, y mantener controlada la economía para que los indicadores sigan siendo positivos pese a todo, y así los reciba el gobierno que tomará el mando en julio próximo.