Nuevamente la llamada semana de representación que una vez al mes tienen los congresistas, está generando escándalos y salidas a la luz de lamentables actitudes de legisladores de las diferentes bancadas que piden viáticos para sus asesores incluso cuando el parlamentario es de Lima y algunas de sus “actividades” se realizan en la capital o incluso por Zoom, es decir, sin salir de la oficina.
Una y otra vez en Correo hemos señalado la necesidad de suspender la semana de representación hasta el fin de la primera vuelta electoral, esto es el 12 de abril del próximo año, para impedir que los congresistas que optan por la reelección, vayan a sus regiones de origen o acudan a cualquier punto del país movilizados con plata del Congreso, para hacer campaña proselitista.
Si hicieran de manera adecuada su trabajo parlamentario, bien, pero estamos viendo no solo campañas políticas pagadas por todos los peruanos, sino además el uso indebido de pasajes y viáticos hasta para los asesores, como ha mostrado Cuarto Poder este fin de semana. Y en esto no hay diferencia de si son de izquierda, centro o derecha. Lo hay en casi todas las bancadas.
El que la semana de representación se mantenga vigente es una muestra más del “otoronguismo” que impera en el Congreso, donde nadie mueve un dedo para suspender estas jornadas porque muchos se verían perjudicados en sus intenciones de ser reelectos. Los electores deben tomar nota.