A poco de cumplir cincuenta años, Miriam vive una inusual y cuantiosa pérdida de cabello. Este cambio, que parece inocuo al comienzo, la coloca en el centro de un conflicto entre cuerpo e identidad, un mundo que Melanie Pérez Arias explora con una mirada vasta en su novela “Un animal que se deja caer” (Lumen 2025). El primer logro de este libro es la prosa poética, que no se queda en lo lírico sino que tiene la versatilidad de construir atmósferas vivas, personajes disímiles y monólogos que no desentonan con la narración. No hay nada frívolo en la trama, porque la escritora venezolana sabe colocar varias capas de sentido y dilemas en cada etapa del drama personal de su personaje. ¿Verse bien o perjudicar la salud? ¿La soledad o una relación ingrata? ¿La apariencia impuesta o la libertad? ¿Su identidad o la que debería ser para los demás? Esas colisiones de la historia se mueven en el universo de las creencias, de los rituales, de esa sabiduría que brota en la convivencia de la protagonista, con la voz de la abuela ya fallecida, cuyas cenizas todavía parecen hablar en la casa, a través de los adagios relacionados con temas como la fertilidad, y de la mejor amiga, Yarexy, su contrapunto en muchos sentidos (maternidad, practicidad), pero que se afianza como el centro de su red de soporte ante la serie de eventos que deberá afrontar por la imprevista transformación de su cuerpo. El realismo se nutre con la espiritualidad y los sueños: las imágenes, los miedos, las señales y la extrañeza enriquecen la comprensión que tiene Miriam de sí misma y de lo que sucede afuera. Este debut literario aborda lo cotidiano desde el descubrimiento constante. La muerte también persigue a Miriam en su búsqueda por encontrarle una razón lógica y científica a la pérdida de su cabellera. La muerte de su madre. La enfermedad que parece asomarse sin tregua. En esa cercanía de la última etapa de su vida, en esa vorágine representada o magnificada o impulsada por la pérdida del cabello, Miriam tiene una crisis de identidad que irá resolviendo desde su interior, a su modo y su tiempo, con el apoyo de las mujeres de su entorno, y entendiendo la importancia del amor propio y de lo difícil y complejo que puede ser un concepto tan nombrado y, a la vez, muy golpeado por los convencionalismos de ayer y hoy.

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