Desde que tomó el mando del Poder Ejecutivo el 10 de octubre último, el presidente José Jerí se ha esforzado por hacer visitas, en horas de madrugada, a diferentes penales quizá para mostrarse –camisa remangada de por medio– como un mandatario enérgico, dispuesto a poner orden en ese gran relajo que son nuestras cárceles, donde los hampones hacen lo que les da la gana, al extremo de cometer extorsiones y ordenar crímenes a través de equipos telefónicos introducidos ilegalmente.

Hasta ese punto todo bien… si no fuera porque en los pocos días que el señor Jerí tiene en Palacio de Gobierno, ya se ha reportado la fuga de dos internos. Uno, un venezolano, se escapó el jueves pasado del penal de Aucallama, en Huaral; y el otro se acaba de evadir, ayer domingo, de la cárcel de Piura, lo que ha motivado la destitución del director de ese reclusorio y del subdirector, así como la apertura de una investigación y todo lo demás que suele hacerse en estos casos.

Si no hay acciones concretas en los penales, el show puede resultar siendo una burla, una grotesca tomadura del pelo al ciudadano. De qué vale tener a un jefe de Estado yendo a ver cómo están las cosas en las cárceles, que son parte del problema de la inseguridad debido al hacinamiento, la falta de control y la corrupción, si el hombre se da media vuelta y los internos se le escapan con una frecuencia de dos en una semana, algo pocas veces visto en nuestra historia penitenciaria.

No olvidemos que hace menos de dos meses, la vacada Dina Boluarte se rió en la cara de todos los peruanos acongojados por la violencia en las calles, al hacer un circo con la supuesta construcción de un penal en la isla El Frontón, al lado de su ministro favorito Juan José Santiváñez, hoy candidato al Congreso. Dijeron que allí meterían a 200 indeseables de alta peligrosidad, cuando siempre se ha sabido que es inviable levantar una nueva cárcel allí. Se les dijo, pero incluso se ofendieron con las críticas.

Cuidado que el presidente Jerí también esté lanzando fuegos artificiales con el sensible tema de la inseguridad. Nos han dicho que habrá estado de emergencia pero como parte de una estrategia integral, nada que ver con lo visto hasta ahora. Ojalá. Y sobre las cárceles, si el mandatario encargado quiere mostrarse como un “Nayib Bukele”, que no se le vea en medio de reclusos tirados en el piso y con las manos en la nuca, si horas más tarde uno de estos va a trepar un muro para escapar hacia la ilegal libertad.