En los colegios existen dos horas para el encuentro semanal del tutor con sus alumnos. Sobre todo, después de la pandemia este espacio y tiempo educativo debe estar enfocado en asuntos, hechos y temas que surgen del grupo o que sean pertinentes con los sucesos que viven los escolares. No solo sobre sus rendimientos escolares, sino fundamentalmente sobre sucesos tendientes al bienestar socioemocional. Sobre todo, en estos tiempos donde la violencia escolar-bullying ha aumentado y es necesario fortalecer la disciplina escolar

Para estas reuniones es recomendable que los alumnos se ubiquen en círculo, sentándose el tutor en un lugar adecuado. Todos deben verse. Luego el tutor se queda en silencio esperando que se emita una voz emergente del grupo. Muchas veces los alumnos se muestran desconcertados hasta comienzan a ponerse ansiosos. A veces puede durar el silencio más de cinco minutos. Si no hay un tema específico de agenda que el tutor determine, debe surgir del grupo de estudiantes. De lo que se trata es que la sesión logre que los alumnos expresen sus vicisitudes, frustraciones y/o satisfacciones para que al final el tutor concluya con una reflexión propositiva y de aprendizaje del salón.

El tutor puede proponer, también, temas que son importantes tratar colectivamente según la dinámica cognitivo-intelectual o socio-emocional de los alumnos. Pero de ninguna manera como una clase convencional. Y es que muchos tutores y directores que visito regularmente o en mis conferencias sobre el tema, me comentan la exigencia de varios técnicos del Sector quienes los obligan inconveniente a realizar un plan de clase como si fuese una sesión habitual de enseñanza-aprendizaje. El Minedu debiera capacitar eficientemente a los tutores para el bienestar socioemocional.