PERUMIN 37 terminó con una voz en común: acabar con la minería ilegal y fomentar la escucha.
Los diferentes debates que formaron parte de la convención minera sirvieron para acordar que la acción contra la ilegalidad e inseguridad no es tarea únicamente del Estado, sino que también es necesaria la intervención de las empresas y la comunidad, con honestidad y arreglo a la ley.
La aprobación de la Ley de Pequeña Minería y Minería Artesanal (MAPE) fue un pedido unánime derivado de la organización de 20 foros y programas con 100 espacios de discusión y más de 200 ponentes de 12 países, además de Perú.
MENSAJE
“La minería, cuando se hace bien, es una herramienta poderosa para poder impulsar el progreso y transformar la vida de las comunidades y las personas... el futuro de la minería peruana dependerá de la capacidad que tengamos de fortalecer la institucionalidad y mejorar nuestra competitividad y para ello debemos poner freno y mano firme a la ilegalidad e inseguridad... o es suficiente únicamente impartir la ley, tenemos que poner ética”, dijo Jimena Sologuren, presidente de PERUMIN 37 que terminó ayer.
Destacó el encuentro Minería y Fe con la intervención de distintas religiones y que le han hecho frente a desafíos como la minería ilegal y la necesidad de escucha. El Foro del Agua y el Estudio de Ciencia revelaron la necesidad de combatir también la minería ilegal
“Este fue un grito al auxilio, tenemos que levantar las voces contra la contaminación de nuestra tierra, se lo debemos a nuestros hijos”, enfatizó Sologuren.
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