La minería, como sector poderoso en el desarrollo económico del país, debe ser también un vehículo para alcanzar la justicia, la solidaridad, el respeto por el medio ambiente y el bien común.
La reflexión corresponde al papa León XIV a propósito de PERUMIN 37 y fue expresada por el arzobispo de Arequipa, Javier Del Río Alba, quien se dirigió ayer a los líderes mineros durante la inauguración de la Exhibición Tecnológica Minera (EXTEMIN), para exhortar a los empresarios a fomentar el diálogo y consenso con los ciudadanos para el crecimiento económico equitativo.
Pero este deseo no es solo de la iglesia Católica, sino que resumen el deseo de una delegación interreligiosa que conforma el grupo “Minería y Fe”. Esta iniciativa reúne a diversas confesiones religiosas incluyendo la Comunión Anglicana, la Iglesia Sirio Ortodoxa de Antioquía, la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú, la Comunidad Bahai, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, y la Iglesia Católica a través de varios representantes de movimientos y comunidades, quienes trabajan colaborativamente desde hace tiempo.
Comparten la doctrina social y fomentan el diálogo, oración y reflexión con representantes y directores de empresas mineras de distintas partes del Perú para contribuir a la orientación ética de las actividades empresariales extractivas.
“Su santidad confía en que estos días de reflexión sobre la problemática de la industria minera peruana y las necesidades de los que trabajan en el sector, crezca en los participantes un renovado compromiso al servicio de la justicia y el bien común”, expresó Del Río Alba.
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