En diálogo con Correo, el exministro del Interior comenta cómo una marcha pacífica llega a ser escenario de una muerte y de incontables acciones violentistas.

Una marcha que se desarrollaba de manera pacífica explotó en violencia. ¿Por qué?

Bueno, acá hay dos cosas. Primero, las marchas siempre han sido utilizadas políticamente. Es decir, hay grupos políticos interesados que, de manera evidente, o de manera clandestina, se infiltran y tratan de jalar agua para su molino. Siempre se da una infiltración, deseada o no. En algunos casos, los que convocan (a la protesta), los han identificado y los han expulsado de la marcha.

Pero los agitadores son minoría, ¿cómo pueden desencadenar tanta violencia?

Estos agitadores provocan incidentes para que la Policía reaccione y ésta, a veces, pisa el palito. Entonces todos los manifestantes que estaban pacíficos comienzan a reaccionar en favor de las personas que los acompañan. Entonces, personas que fueron inicialmente con la idea de tener una participación pacífica se pueden ver envueltos en un tema de violencia.

¿La inteligencia policial no es suficiente para detectar a estos casos?

Debería ser capaz, pero hemos visto en los últimos años que la inteligencia del país en general, y de la Policía, no están a la altura. Tienen deficiencias. Hemos retrocedido en el tema de inteligencia, por eso que hay que hacer todos los esfuerzos para mejorarla cuanto antes.

Si bien hay infiltrados, esta semana se anunció que fue un Policía quien disparó contra el manifestante que perdió la vida durante la marcha…

Hasta donde sé, ahora todo está en investigación. Este Policía habría sido confundido con un ‘Terna’ y la muchedumbre lo ha estado persiguiendo y agrediendo. Parece que el policía se ha sentido amenazado y ha disparado al piso y la bala, posiblemente, es la que ha rebotado contra esta persona, que terminó falleciendo. Es un tema que tiene que investigarse con pruebas científicas, pruebas realísticas, pruebas de Medicina Legal. Todo lo tiene que corroborar la ciencia, que no se equivoca.

¿Es lícito que un agente de la Policía asista a estas manifestaciones vestido como civil?

La Policía, de acuerdo a la Constitución, tiene dos funciones: la prevención y la investigación. La prevención se hace con uniforme, y la investigación, como Policía secreta. O sea, la Policía está habilitada para trabajar de manera clandestina, para infiltrarse a organizaciones criminales. Es un procedimiento normal que la Policía actúe en secreto para identificar, ubicar y capturar los delincuentes.

Esa semana, el presidente José Jerí anunció la implementación del estado de emergencia para combatir la delincuencia. ¿Es la mejor medida?

Creo que ya todos los peruanos sabemos que el estado de emergencia no resuelve los problemas. Es un paliativo.

¿Y qué medidas resuelven los problemas?

Lo que realmente va a resolver el problema es elevar la capacidad operativa de la Policía, en la prevención e investigación. Y mejorar la inteligencia, que está caída. Y la inteligencia también comprende, por ejemplo, la compra de informantes, alguien que diga ‘dónde y cuándo se van a reunir (los delincuentes)’.

¿Este tipo de medidas se aplicaron antes?

Claro. Nosotros hemos tenido policías infiltrados en el mismo Sendero Luminoso, en el MRTA, en organizaciones de narcotráfico. Por eso se ha logrado desbaratar a estas grandes organizaciones criminales.

El Gobierno anunció también la creación de un grupo de élite contra la extorsión en el transporte y un posible toque de queda. ¿Es viable?

Deben ser mejoradas. Por ejemplo, las bandas de extorsión son locales, están en los conos, donde hay menor presencia policial y donde ellos pueden actuar con mayor libertad. Se necesitan autoridades de investigación criminal que trabajen en esas zonas territoriales.

¿Y sobre el toque de queda?

Es una medida apresurada y que tiene que ser de cortísima duración. Pienso que hay que ser muy prudentes con las medidas dictadas.

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