El cáncer colorrectal, tradicionalmente asociado a personas mayores, está afectando cada vez más a la población joven. Según especialistas, uno de cada diez casos se presenta antes de los 50 años, una tendencia que preocupa por su avance en edades tempranas y su relación con hábitos poco saludables y falta de chequeos médicos.
“Este tipo de cáncer puede desarrollarse incluso en personas de 20, 30 o 40 años. No se trata solo de herencia genética, sino también de factores ambientales y conductuales que debemos atender”, señaló el Dr. Luis Alberto Suárez, director médico de Oncología para Latinoamérica de Pfizer.
Factores de riesgo y causas más frecuentes
El aumento de casos en adultos jóvenes aún no tiene una causa definitiva, pero los especialistas señalan que influyen el sedentarismo, la obesidad, la falta de actividad física, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.También se asocia al consumo elevado de carnes rojas, alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas, junto con dietas bajas en fibra.
Solo el 20 % de los casos tiene origen genético, como los relacionados con el síndrome de Lynch o antecedentes familiares de la enfermedad.
El Dr. Suárez advirtió además sobre una creencia errónea muy extendida:
“Muchos piensan que los exámenes de detección solo son necesarios cuando hay síntomas, lo que retrasa los diagnósticos. Las pruebas deben iniciarse a partir de los 45 años, o antes si existen factores de riesgo o señales de alerta”.
Síntomas y señales de alerta
Aunque el cáncer colorrectal puede avanzar sin síntomas en sus etapas iniciales, hay señales que deben generar atención médica inmediata:
- Cambios en los hábitos intestinales (diarrea o estreñimiento persistente).
- Sangre en las heces o heces muy oscuras.
- Dolor abdominal, gases o calambres frecuentes.
- Pérdida de peso inexplicable.
- Cansancio o debilidad constante.
La doctora Sofía Belmana, líder médico de Oncología del Clúster Andino de Pfizer, enfatizó la importancia de la detección temprana:
“A diferencia de lo que muchos creen, el cáncer colorrectal sí es tratable y puede curarse hasta en un 90 % de los casos si se diagnostica a tiempo”.
Diagnóstico y tratamiento
Las principales pruebas para la detección incluyen la prueba de sangre oculta en heces, la colonoscopía y la sigmoidoscopía, que permiten identificar y extirpar pólipos antes de que evolucionen a cáncer.
Un resultado positivo en la prueba de sangre oculta no necesariamente indica la presencia de cáncer, pero sí requiere estudios adicionales. Los pólipos —pequeños crecimientos en el interior del colon— pueden extirparse de forma preventiva.
Actualmente, los avances en oncología han permitido incorporar terapias dirigidas, cirugías mínimamente invasivas y medicina de precisión, que personalizan el tratamiento según las características moleculares del tumor.
“Gracias al perfil molecular de cada paciente, hoy es posible aplicar tratamientos específicos que mejoran la supervivencia y la calidad de vida”, explicó el Dr. Suárez.
Prevención y estilos de vida saludables
Para reducir el riesgo de cáncer colorrectal, los especialistas recomiendan:
- Mantener una alimentación equilibrada rica en fibra, frutas y verduras.
- Limitar el consumo de carnes rojas, alcohol y alimentos procesados.
- Hacer ejercicio regularmente y controlar el peso corporal.
- No fumar y acudir a chequeos médicos periódicos desde los 45 años.
“La prevención y la detección temprana son nuestras mejores armas para ganarle la batalla al cáncer”, concluyó el Dr. Suárez.





