Cada año, más de 1.3 millones de adolescentes y adultos jóvenes son diagnosticados con cáncer en todo el mundo, según cifras del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos. Este grupo etario, comprendido entre los 19 y 39 años, enfrenta un panorama de salud desafiante, con neoplasias de mama, tiroides, testículo, piel, colon y sistema nervioso central entre las más comunes.
En varones jóvenes, los tumores de testículo y tiroides son los más frecuentes, mientras que en mujeres predominan los de seno y linfomas. Otras enfermedades oncológicas que afectan a esta población incluyen leucemias, sarcomas y tumores cerebrales.
El Dr. Yan Carlos Vargas Caycho, radio oncólogo y director de Oncodrip, subraya la necesidad de abrir conversaciones sobre antecedentes médicos familiares.
“Cuando una persona conoce los antecedentes médicos de sus abuelos, padres, tíos o primos, tiene la oportunidad de realizarse controles periódicos y adoptar hábitos más saludables”, indica el especialista.
Prevención y factores de riesgo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que al menos un tercio de los tumores malignos puede prevenirse con decisiones saludables, como:
- Llevar una alimentación balanceada
- Realizar actividad física frecuente
- Mantener un peso adecuado
- No fumar ni consumir alcohol en exceso
- Vacunarse contra el VPH y la hepatitis B
No obstante, el cáncer también puede tener un componente hereditario, especialmente en casos de mama, colon u ovario, lo que vuelve indispensable el conocimiento del historial médico familiar.
Señales de alerta
Los síntomas pueden ser variados y a menudo ignorados. El Dr. Vargas Caycho recomienda prestar atención a señales como:
- Hinchazón inusual o hematomas anormales
- Dolores de cabeza persistentes y fatiga crónica
- Pérdida de peso inexplicable
- Sangrado anormal o bultos
- Sudoración nocturna excesiva
- Ganglios inflamados tras consumir alcohol
- Picazón continua
- Cambios en la visión, audición, habla o equilibrio
“Si estas manifestaciones se repiten, lo mejor es acudir a un médico para un control completo”, enfatiza.
Tratamientos disponibles
El tratamiento depende del tipo y etapa del cáncer, pero los principales métodos son:
- Cirugía: para extirpar el tumor, puede requerir hospitalización o ser ambulatoria.
- Quimioterapia: emplea fármacos potentes; puede provocar caída del cabello, fatiga y náuseas.
- Radioterapia: utiliza haces de alta energía y suele ser indolora; posibles efectos incluyen vómitos o mareos temporales.