Cuando se habla de mejorar la salud, suelen mencionarse hábitos como hacer ejercicio, comer mejor o dejar de fumar. Sin embargo, existe un factor menos visible pero fundamental: el microbioma intestinal.
Según explica Purna Kashyap, M.B.B.S., gastroenterólogo de Mayo Clinic y experto en microbioma, el microbioma es el conjunto de bacterias, hongos, virus y su material genético que habitan distintas partes del cuerpo, como la piel, los pulmones o el sistema reproductivo. No obstante, el del intestino es el más diverso y complejo.
“El microbioma intestinal cumple muchas funciones distintas, a diferencia de otros microbiomas del cuerpo, que suelen tener roles más específicos”, señala el especialista.
Qué hace el microbioma intestinal
El microbioma de cada persona es único, tan particular como una huella dactilar. Las bacterias intestinales participan en funciones esenciales, entre ellas:
- Descomponer fibra y almidones que el cuerpo no digiere por sí solo.
- Producir vitaminas y aminoácidos, como las vitaminas B y K.
- Generar ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que ayudan a prevenir enfermedades.
- Mantener la barrera intestinal, un revestimiento protector clave para la salud digestiva.
“El estómago y el intestino delgado digieren parte de los alimentos, pero lo que llega al colon es procesado por las bacterias, que generan compuestos beneficiosos para el organismo”, explica Kashyap.
Qué ocurre cuando el microbioma se desequilibra
Cuando las bacterias beneficiosas disminuyen, pueden proliferar microorganismos dañinos. Un ejemplo es Clostridioides difficile (C. diff), una bacteria que puede causar diarreas severas y lesiones graves en el colon.
El especialista advierte que factores como el uso de antibióticos, la hospitalización o algunos medicamentos que afectan el sistema inmunitario aumentan el riesgo de este tipo de infecciones.
“El microbioma puede alterarse temporalmente, pero muchas veces se recupera. Es como una banda elástica: puede estirarse y volver a su forma, pero si se fuerza demasiado, puede romperse”, explica.
Además de infecciones, los desequilibrios microbianos se han relacionado con enfermedades como cáncer de colon, diabetes, enfermedades cardiovasculares, depresión, Alzheimer y Parkinson, aunque aún se necesitan más estudios para comprender completamente estas conexiones.
Dieta y estilo de vida: claves para un intestino sano
El Dr. Kashyap subraya que el estilo de vida influye directamente en el microbioma, ya que las bacterias intestinales se alimentan de lo que consume la persona.
“Si la dieta es rica en productos ultraprocesados, sal, azúcar, grasas o alcohol, las bacterias beneficiosas pasan hambre y pueden dañar el revestimiento intestinal”, advierte.
Por el contrario, una alimentación basada en frutas, verduras y fibra favorece una comunidad microbiana diversa, más resistente a los cambios.
Hábitos que ayudan a cuidar el microbioma
El especialista de Mayo Clinic recomienda incorporar estos hábitos para proteger la salud intestinal:
- 💧 Beber suficiente agua y limitar o evitar el alcohol.
- 🏃 Hacer ejercicio al menos 30 minutos la mayoría de los días.
- 🚭 No fumar.
- 🧘 Manejar el estrés mediante técnicas de relajación.
- 🥗 Consumir una dieta variada y rica en fibra.
“Cuanto más diverso es el ambiente microbiano del intestino, mayor capacidad tiene para adaptarse sin perder el equilibrio”, concluye Kashyap. “Bacterias felices hacen la vida más feliz”.





