El mieloma múltiple, un tipo de cáncer que afecta las células plasmáticas de la médula ósea, podría alcanzar más de 300 mil casos nuevos en el mundo para el año 2045, según estimaciones del Observatorio Global del Cáncer (Globocan). Se trata del segundo cáncer de sangre más frecuente, representando alrededor del 10 % de las neoplasias hematológicas.
Este tipo de cáncer tiene una incidencia 1,5 veces mayor en hombres que en mujeres y afecta principalmente a personas mayores de 60 años, de acuerdo con informes de la Organización Mundial de la Salud y fuentes médicas especializadas.
En los últimos 30 años, tanto el número de casos nuevos como la mortalidad por mieloma múltiple se han duplicado, con un incremento especialmente pronunciado en países de ingresos bajos y medianos.
En América Latina, Globocan registró en 2022 los siguientes casos: Perú (902), Argentina (1,059), Brasil (5,757), Chile (885), Colombia (1,362) y México (2,346), reflejando una tendencia regional al alza.
Síntomas del mieloma múltiple
El mieloma múltiple suele no presentar síntomas en sus primeras etapas, lo que dificulta su detección temprana. Cuando aparecen señales, las más frecuentes son:
- Dolor óseo en la espalda, costillas o caderas.
- Fracturas espontáneas, por debilitamiento de los huesos.
- Fatiga y dificultad para respirar, relacionadas con la anemia.
- Hinchazón de piernas por daño renal.
- Sed excesiva, confusión o pérdida de apetito, debido al aumento del calcio en la sangre.
- Entumecimiento o debilidad, producto de la compresión nerviosa.
- Infecciones recurrentes, como neumonía o sinusitis, por la disminución de glóbulos blancos.
Diagnóstico y tratamientos disponibles
El diagnóstico puede realizarse mediante análisis de sangre y orina, biopsia de médula ósea y pruebas de imagen como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías.
Los tratamientos actuales incluyen quimioterapia, corticosteroides y trasplante de médula ósea, además de terapias innovadoras como la inmunoterapia, que refuerza el sistema inmunitario para atacar las células malignas.
La elección del tratamiento depende del estado de la enfermedad y de las condiciones generales del paciente, por lo que la detección temprana es clave para mejorar el pronóstico.
Desafíos en América Latina
En la región, el retraso en el diagnóstico sigue siendo uno de los principales problemas. Muchos pacientes llegan al especialista en etapas avanzadas debido a la falta de acceso a pruebas médicas, escasez de hematólogos y similitud de los síntomas con otras enfermedades como la anemia o la insuficiencia renal.
Esta situación provoca que, durante meses, los afectados reciban solo tratamientos sintomáticos antes de obtener un diagnóstico definitivo. Los expertos señalan la necesidad urgente de fortalecer las capacidades de detección temprana y acceso a terapias especializadas en los sistemas de salud latinoamericanos.