Un programa efectivo de salud ocupacional no solo protege a los trabajadores, también evita pérdidas económicas y fortalece la competitividad empresarial.
Un programa efectivo de salud ocupacional no solo protege a los trabajadores, también evita pérdidas económicas y fortalece la competitividad empresarial.

El éxito de las empresas depende en gran medida del bienestar de sus colaboradores. La salud ocupacional, definida por el Ministerio de Salud (Minsa) como el conjunto de estrategias que garantizan el bienestar físico, mental y social de los trabajadores, se ha convertido en un factor estratégico para la sostenibilidad empresarial.

No contar con un plan adecuado puede generar consecuencias negativas como pérdidas económicas, sanciones legales y daños a la reputación institucional. Solo en enero de este año, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo reportó 3.404 casos de accidentes, incidentes peligrosos y enfermedades laborales, evidenciando la urgencia de reforzar estas prácticas.

Entre las acciones clave de la salud ocupacional destacan la prevención de accidentes y enfermedades laborales, la adaptación ergonómica de los espacios de trabajo, la gestión del estrés y la promoción de la salud mental, además de las capacitaciones en seguridad que enseñan a identificar riesgos.

El Dr. Whalter Palma Serrano, director médico de la Clínica Santa Catalina, enfatiza la importancia de los exámenes ocupacionales periódicos: una vez al año en los puestos de alto riesgo y cada dos años en los de riesgo moderado. Asimismo, recomienda implementar programas de vigilancia médica ocupacional para un seguimiento personalizado de cada colaborador.

Beneficios de la salud ocupacional

De acuerdo con el especialista, contar con un programa efectivo permite:

  • Prevenir enfermedades laborales: reduce la aparición de lesiones, trastornos musculoesqueléticos y afecciones derivadas del entorno laboral.
  • Reducir el ausentismo: mantener a los colaboradores saludables disminuye las ausencias y asegura la continuidad de las operaciones.
  • Mejorar la productividad: un ambiente seguro y saludable motiva a los trabajadores y potencia su desempeño.

En conclusión, invertir en salud ocupacional no es solo prevenir riesgos, sino apostar por el crecimiento responsable, la sostenibilidad y la competitividad empresarial, independientemente del tamaño de la organización.

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